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Los amigos de "Platero"

Un vecino de Tres Cantos crea un asilo para borricos desahuciados

"A partir de aquí entra usted en el país de los burros: Burrolandia".Esto es lo que se puede leer en la puerta del cobertizo de la finca que Dilfenio Romero posee en la urbanización de Soto de Viñuelas, en Tres Cantos (28.000 habitantes). Al otro lado de la puerta, 12 ancianos borricos -10 hembras y 2 machos- miran mansamente a los curiosos. Son Platero y sus amigos Margarita, Zamorana y La Tocha, entre otros.

Todos tenían hasta hace dos años un destino común, el más trágico y drástico para un animal: el matadero. Pero el amor que Dilfenio -hijo de arriero y criado entre burros- ha tenido toda su vida por estos animales cambió el rumbo de su existencia. Ahora todos ellos son los inquilinos del asilo para burros desahuciados que este churrero tricantino ha montado en el municipio más joven de la Comunidad.

Todo empezó en 1994, cuando Dilfenio se encontró una yegua preñada abandonada en el campo. Después de dar parte a la Guardia Civil, se la llevó a su finca. Al comentar su hallazgo con un vecino, éste le propuso un trueque: "Te cambio la yegua por dos borricos". Trato hecho. Así fueron a parar Telegrama y La Enfosá a manos de Dilfenio, y así nació la idea de crear la Asociación de Amigos del Burro de Tres Cantos, que nació con un objetivo claro: salvar de la muerte a todos los burros desahuciados que esperan su destino por el país.

"Yo lo que pretendo es que chavales como mis hijas y mi sobrino sepan de verdad lo que es un animal de éstos, lo que ha trabajado y ayudado al hombre, porque antiguamente, cuando no había coches, era el taxi, la comida, el abrigo, el que llevaba la carga de leña, del agua y de la piedra, y quiero que eso lo valoren los niños de ahora", explica. Buscando por allí y por allá, y a golpe de talonario -como media, cada animal le ha costado 25.000 pesetas-, Dilfenio ha rescatado de la muerte a estos viejos solípedos. Todos los días, este churrero -ayudado por Juan, un "ejecutivo agresivo" tricantino amante de los animales, que cambia sin reparos traje y corbata por mono de faena- les da de comer, los limpia, abriga, pasea, cuida y mima como a miembros de su familia. Dice que gasta 40.000 pesetas al mes en mantenerlos y que le vendría muy bien cualquier ayuda oficial que le aportasen desde la Comunidad o desde el Ayuntamiento de Tres Cantos.

Mientras llega ese apoyo económico, Dilfenio se conforma con volver a ver las caras de los niños que nunca han visto un burro como los que desfilaron en la Cabalgata de Reyes de la localidad, 10 de sus borriquitos que "eran dignos de foto". Por eso tiene las puertas abiertas para los colegios.

Amigos del Burro de Tres Cantos, teléfono de contacto: 804 37 26.

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