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El PSOE arranca a IU en seis meses casi los votos que le separaron del PP en las elecciones

Javier Casqueiro

El último barómetro político del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de octubre pasado, confirmó las peores expectativas para el Gobierno del PP tras seis meses en el poder. El PSOE da un vuelco a las elecciones de marzo y se coloca casi seis puntos por encima de los populares en intención de voto. Los datos técnicos de aquella encuesta, hasta ahora desconocidos, demuestran que los socialistas recuperarían la primera posición a costa fundamentalmente de IU, al que arrancarían unos 240.000 votos, casi la diferencia por la que venció Aznar. Los simpatizantes de los populares, además, varían ahora sus intenciones. Si hubiera elecciones, el 24,6% de ellos no votarían, lo harían en blanco, no sabrían qué hacer o no contestan.

La documentación técnica del polémico barómetro de octubre del CIS, que se publicó a finales de noviembre y que introdujo las preguntas políticas suprimidas en meses anteriores, no se había analizado aún públicamente. Son datos que sólo conoce en principio y habitualmente el Gobierno. Ese trabajo de cocina entra en el detalle de las clásicas preguntas sobre intención de voto, pero las pormenoriza según el recuerdo de lo que el sondeado manifiesta haber votado en las anteriores elecciones, su estrato ideológico, su condición y su estatus socioeconómico, su sexo y edad, el tamaño del municipio en el que reside y su nivel de estudios.La pregunta principal pone en relación el partido político al que el encuestado dice que votaría si hubiera elecciones generales al día siguiente con su recuerdo de lo que realmente votó en los comicios del pasado 3 de marzo. Es lo que se denomina, por parte de los especialistas, " matriz de transferencia".

Trasvases ideológicos

Varios expertos demoscópicos consultados por este periódico coinciden en resaltar, en este apartado, la importancia de la cantidad de sondeados que trasvasan su papeleta de IU al PSOE. Exactamente el 8,9%. Unas 240.000 personas. El PP superó al final al PSOE en las pasadas elecciones en 290.328 papeletas, según los datos oficiales del Ministerio del Interior. El PSOE, según el CIS, capta también muchos votos entre los abstencionistas del 3 de marzo. El 14,9% de ellos le votaría.

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La trastienda de la encuesta indica también que el intercambio de votantes entre PP y PSOE es poco significativo, aunque es mayor en cualquier caso en favor de los socialistas. Este partido, además, se ratifica como el de proyección nacional con más fidelidad de sus simpatizantes, porque mantiene al 77,5% de sus electores, mientras el PP se queda con el 69,2% y en IU sólo aguantan el 61,5%. De cualquier forma, son el PNV y CiU, los partidos nacionalistas vasco y catalán, los que permanecen con el 83% de sus votantes, algo que se justifica como normal.

Lo que sí aparece como más relevante del trasfondo de aquel barómetro es la cantidad de encuestados que reconocen haber votado al PP el 3 de marzo pasado y que ahora se muestran indecisos u ocultan sus preferencias. Ese desengaño de los populares se expresa en los epígrafes destinados a los que ahora votarían en blanco (2,8), no votarían (7,2), no saben lo que harían (13,3) o no contestan (1,3). El partido que sale más reforzado de ese voto oculto es también el PSOE. Un 24% de los sondeados que el 3 de marzo votaron en blanco o no votaron se decantaban en octubre, seis meses después, por el partido socialista.

La documentación técnica del último barómetro político del CIS confirma que la mayoría del electorado en España sitúa sus preferencias ideológicas en un espacio de centro algo escorado a la izquierda por el que pugnan PSOE y PP. La intención de voto de los encuestados entremezclada con su perfil profesional y laboral confirma algunas de las tendencias que se han establecido históricamente, pero también desmonta otras.

El perfil profesional del voto

Los responsables del PP han presumido de disponer de los electores urbanos y, por tanto, teóricamente más formados. Efectivamente, el barómetro ratifica que el PP gana al PSOE entre los estudiantes (27,9 frente a 16,8), entre los empresarios y altos ejecutivos y funcionarios (31,1 frente a 16,4) y entre los profesionales liberales y cuadros medios (20,7 frente a 16,4). Ese margen es ya bastante menor en los comerciantes y pequeños empresarios (22,9 frente a 20,7).

Lo que destaca especialmente es el número de agricultores que se pronuncian por el PP (36,4) frente a los que optan por el PSOE (9,1).

El partido socialista es el preferido de los administrativos y del personal de servicios (17,1 frente a 14,5); entre los capataces y obreros cualificados (33,5 frente a 12,9); entre los no cualificados (32,7 frente a 22,8); entre los parados (32,3 frente a 13,8), y entre los que se dedican a labores del hogar (30,3 frente a 21,2).

Llama la atención en este apartado el dato sobre la posición que tomarían ante unas inmediatas elecciones generales los jubilados y pensionistas. El abono de las pensiones por parte del nuevo Gobierno del PP en las fechas y cuantías establecidas parece haber borrado ya algunos temores. Expertos en análisis electorales subrayan que el PSOE barría tradicionalmente al partido presidido por José María Aznar entre precisamente ese sector de la población. Ahora esa distancia se recorta sensiblemente y quedan en un 31,5% los jubilados y pensionistas que votarían al PSOE frente un 27,5% que lo harían ya por el PP.

En cuanto a los estudios de los sondeados, el PSOE recaba mayor aceptación en las personas sin estudios (41,4 frente a 19,2), en los que hicieron cursos de primaria (32,5 frente a 24,5), secundaria (24 frente a 20,7) y formación profesional (21,5 frente a 15,5). El PP tiene más adeptos entre los que completaron estudios universitarios medios (22,6 frente a 13,7) y superiores (26,3 frente a 10,9).

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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