A vueltas con la calderilla
Los comercios aceptan de mala gana las monedas antiguas en sus úItimas horas de curso legal
La leyenda Caudillo de España por la gracia de Dios dejará, a partir de mañana, de merodear por nuestros bolsillos. No sólo eso: las primeras efigies en níquel de don Juan Carlos correrán idéntica suerte. Siete monedas de uso corriente en los últimos decenios las antiguas de una, dos, cinco, 25, 50, 100 y 200 pesetas) viven hoy sus 24 últimas horas de existencia. Una vez hayamos colgado en el calendario la hoja correspondiente a 1997 nadie podrá pagarnos con ellas, ni tampoco podremos utilizarlas en las compras.La necesidad de deshacerse de unos 10.000 millones de piezas, valorados en cerca de 60.000 millones de pesetas, ha desatado una fiebre notable entre los consumidores, que se corresponde simétricamente con el recelo de los comerciantes: raro es el que no tuerce el rictus cuando se le abona con las monedas-anticuallas, que, sin embargo, está obligado a aceptar durante todo el día de hoy.
Este diario realizó ayer la prueba en un barrio de clase media, con abundante actividad comercial, del distrito madrileño de Moncloa. La primera parada tenía lugar en la sucursal del BBV en la calle de San Gerardo, donde el periodista se personó con el objetivo insensato de conseguir 3.000 pesetas en monedas antiguas de 25 y 50. El empleado le devolvió un gesto de inequívoco estupor: "¿De las que no valen, quiere decirr?". "De ésas, sí". Después de algún que otro resoplido, reunió 38 monedas -1.300 pesetas- al borde de la extinción.Armado con calderilla añeja, el recorrido prosigue por una papelería. Un bloc de 135 pesetas se paga con tres contundentes monedas de 50, de ésas que, con sus tres centímetros de diámetro, pueden confundirse trágicamente con las de 500. La dependienta no pestanea, aunque el comprador acierta a escuchar a la encargada: "De las antiguas, vaya por Dios".
La siguiente escala, en el supermercado AhorraMás, se salda con resultado parecido. La cajera mira las monedas de medio lado, pero sacude la cabeza convenciéndose de que siguen siendo de curso legal. "Su tique, gracias". "Adiós".
En el autoservicio Gama de la calle de Valdevarnés despachan al periodista un racimo de uvas por valor de 153 pesetas. Las monedas vejestorios se: aceptan sin el menor asomo de protesta, aunque la situación sirve para comprobar cuan devaluada anda ya nuestra vieja amiga la rubia. De las dos pesetas de cambio sólo disponen de una, para más señas de aluminio blanco de 1984, que será inservible a partir de mañana.
Tampoco se inmuta con las monedas de marras el quiosquero al que, con evidente ánimo provocador, se le reclama el Sport y El Mundo Deportivo., Ni con ésas. El vendedor ofrece incluso un rato de conversación. Quizás sea un seguidor del Barça infiltrado en la capital...
De todos modos, ya se sabe que cuando. uno busca guerra acaba encontrándola. La Oportunidad la ofrece, que ni pintada, el autoservicio Dia, con un curioso reclamo en su entrada: la reproducción de las monedas en desuso junto al lema "Gásteselo todo antes de que sea demasiado tarde".
Acepto. Improviso una pequeña cesta de la compra particularmente descabellada (yogures desnatados, una tableta de chocolate blanco,. salchichas tipo frankfurt, atún en aceite y tres latas de Pepsi-Cola) y mientras extraigo del bolsillo las viejas monedas le explico a la cajera, señalando al cartel: "He decidido hacerles caso". Ella reacciona con horror. "No, no, imposible pagar con eso". "Esto es una moneda de curso legal",, razono. "Pero el día 1 ya no valen". "Hoy es 30". "La gente no las quiere", suplica la cajeta. "Ni yo". Al final, accede a cobrar de muy mala gana.
No hay ningún motivo legal, en realidad, para poner tanta pega. El recelo de determinados establecimientos no se corresponde con las facilidades que el Ministerio de Economía y Hacienda ha ofrecido con ocasión de este reciclaje monetario.
Una orden ministerial del pasado 16 de diciembre establece que las piezas retiradas de la circulación podrán ser canjeadas en cualquier banco hasta las 13.00 horas del próximo 4 de abril. Con el nuevo diseño, por lo demás, las ocho- monedas válidas serán por fin proporcionales en tamaño, aunque los extranjeros les encontrarán todavía una pega: siguen siendo válidas las monedas de 100 que sólo especifican su valor en letra, y no en número.
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