Lendoiro fuerza más su pulso con la FIFA y pone a la venta las entradas para el Barça

El Deportivo dio el martes un paso más en su pulso con la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA). El club gallego puso a la venta las localidades para el partido de Liga del próximo 4 de enero ante el Barcelona, en Riazor, a pesar de que el organismo internacional le conminó el pasado lunes a retirar antes del día 31 el recurso judicial contra la clausura del estadio coruñés. La sanción debe cumplirse precisamente en ese encuentro. Augusto César Lendoiro, presidente del club gallego, asegura estar dispuesto a dialogar si recibe contraprestaciones.

Las graves amenazas de la FIFA, que advierte que el Deportivo podría ser apartado de las competiciones europeas, no parece que, de momento, hayan logrado doblegar la firme resolución del presidente de la entidad blanquiazul, Augusto César Lendoiro, quien ha recibido el respaldo unánime de su consejo de administración. "El partido se jugará en Riazor; eso es definitivo", aseguró Lendoiro en la noche del lunes, poco después de haber recibido una carta de la Federación Española de Fútbol en la que ésta le comunicaba el ultimátum de la FIFA para que retire antes del 31 de diciembre el recurso interpuesto ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra el cierre del estadio.Dicho y hecho: el club gallego hizo público el martes al mediodía un comunicado en el que anunciaba que las entradas para el partido ya están a la venta e incluso advertía a los abonados que, al tratarse de un día del club, sus entradas se ofrecerán al público general si no son retiradas antes de las 14.00 horas del próximo día 2. El encuentro se disputará a las 20.30 horas, retransmitido por las televisiones autonómicas. El recurso judicial propició que la pasada semana el Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidiese suspender cautelarmente la clausura del estadio en tanto no se emita una sentencia, que podría tardar unos dos años.

El Deportivo sostiene que espera conocer todavía el texto íntegro de la comunicación de la FIFA en la que se le advierte del riesgo de ser apartado de las competiciones europeas. El equipo corunés tan sólo tiene en su poder una carta de la Federación Española, a la que se dirigió en la misma noche del lunes para pedirle que le haga llegar el documento del organismo internacional. "De momento, no nos han contestado", aseguró ayer el director general del Deportivo, Manuel Montiel. La Federación, por el contrario, según uno de sus portavoces indica que el texto le ha sido enviado al Deportivo y que es el club quien debe "mover pieza". "Desconocemos qué decisión va a tomar Lendoiro. El tema está en mano de la FIFA".

El conflicto con la FIFA va a mantener en vilo al club y a su afición durante todas las navidades. "A pesar de estas fechas, los miembros del consejo vamos a seguir reuniéndonos con cierta frecuencia para actuar en función de los nuevos acontecimientos que se puedan producir", explicó Lendoiro, quien aseguró que él personalmente no desea abrir "una guerra".

El presidente blanquiazul se mostró dispuesto a dialogar con la FIFA siempre que ésta acepte que el partido contra el Barcelona se dispute en Riazor, e incluso señaló que en la eventual negociación entre ambas partes podrían ofrecerse contrapartidas. Lendoiro mantiene el criterio de que "la única garantía jurídica" de que disponen los clubes es el derecho a acudir a la justicia ordinaria. "Los comités deportivos se mueven por otro tipo de intereses, por ejemplo, los de determinados despachos de abogados", denunció.

El Barcelona, por su parte, asegura que no va a intervenir en el asunto a pesar de que la circunstancia de que el partido se juegue o no en Riazor le afecta muy directamente. Joan Gaspart, vicepresidente del club azulgrana, señaló que Lendoiro está asumiendo un grave riesgo, pero no ante la FIFA, sino ante su propia afición. Si el encuentro se disputase finalmente en La Coruña, podría derivar en un nuevo embrollo jurídico, ya que, ante una eventual derrota, al Barcelona podría solicitar la anulación del encuentro.