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Ruiz-Gallardón propone prestar dinero al Estado para hacer un tramo de la M-50

Antonio Jiménez Barca

Unas horas antes de que los coches rodaran por el tramo que cierra completamente la M-40 -inaugurado ayer-, los políticos hablaron de la M-50. El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, dijo que la M-40 se terminaba "al límite de su capacidad" y que es "prioritario" abordar cuanto antes la M-50. Después propuso adelantar el dinero para 17 kilómetros de esta vía, los que unirían la carretera de Toledo y la de Extremadura.

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Un técnico del Ministerio de Fomento calcula que estos 17 kilómetros pueden costar entre 20.000 y 25.000 millones de pesetas. El ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, se limitó a decir que la M-50 "está en fase de estudio". "Es una gran obra que se va a llevar a cabo, pero habrá que esperar; antes, hay que solucionar el problema de los accesos a Madrid, que es una ciudad congestionada debido, entre otras cosas, a sus entradas y salidas. El plan para esto estará listo después de Navidad".El que no dijo nada, ni de la M-40 ni de la M-50, fue el presidente del Gobierno, José María Aznar, que se limitó a inaugurar y a visitar los 3,6 kilómetros que cierran completamente el segundo anillo de la ciudad, de 61 kilómetros en total, que ha costado 10 años de trabajos y 84.000 millones de pesetas. Con el cierre completo del anillo se descongestionará la carretera de La Coruña, el eje de Cea Bermúdez-María de Molina y la avenida de la Ilustración (M-30). Los ecologistas de Aedenat contestaron con una pancarta: "Siembra carreteras y cosecharás atascos".

Hubo polémica por la ausencia de dirigentes socialistas en la inauguración. Arias Salgado aseguró que habían sido invitadas "todas las personas que han tenido relación con la obra". Pero Javier Sáenz Cosculluela, ex ministro de Obras Públicas cuando se inició la obra, afirmó ayer que nadie le había invitado. El socialista Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid, sí fue invitado, pero renunció. "Hace año y medio que no soy presidente. Si hubiera tenido que ir a todas las obras que inicié y casi terminé, no hubiera hecho otra cosa. Pero además es que, hasta ahora, no había sido invitado a ninguna". Tras decir esto, Leguina reflexionó: "Dé poco sirve cualquier infraestructura nueva si la ciudad de Madrid desiste de cualquier disciplina viaria. Hoy. [por ayer] he tardado una hora en taxi desde el Congreso hasta la Plaza de Castilla por culpa de los dirigentes del PP en el Ayuntamiento", informa José Manuel Romero.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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