La noche de la plastilina

Como puede comprobar cualquiera que esta noche se enganche al Animaratón de Canal + (22.00), el mundo de la animación no se reduce a Bugs Bunny y los Picapiedra. Presentado por el cubano Juan Padrón, el Animaratón abre fuego con Pesadilla antes de Navidad, de Henry Sellick, comedia musical lanzada bajo el paraguas Disney que no tiene mucho que ver con sus productos habituales. Producida por Tim Burton, Pesadilla antes de Navidad narra, en clave tragicómica, las desgracias de Jack Skellington, alma de Halloween que un buen día decide serlo también de la Navidad... ¡aunque para ello tenga que secuestrar al mismísimo Santa Claus y sembrar el pánico entre la población! Alejada visualmente del estilo computerizado a lo Toy story y musicalmente de la cursilería disneyana (la partitura la firma esa mezcla de Bernard Herrman y Nino Rota que es el extraño Danny Elfrnan), Pesadilla antes de Navidad es un divertido bromazo que no recaudó la millonada habitual de los productos Disney, pero se aupó rápidamente a la agradecida categoría de película de culto.La cosa sigue (a las 23.24) con un excelente corto protagonizado por el linfático señor Wallace y su hiperactivo perro Gromit, Un esquilado apurado (Oscar de animación 1995). Su responsable, el británico Nick Park, es también un alérgico a los ordenadores que utiliza para sus delirios un material tan doméstico como la plastilina. En esta ocasión, Wallace y Gromit se las tienen con un perro cibernético que, no contento con maltratar a una oveja adoptada por nuestros héroes, pretende acabar con su dueña, por la que Wallace siente una inclinación especial. Se trata de una hilarante peripecia que, en ocasiones, muestra puntos de contacto con el mundo de otro simpático chiflado: el dibujante norteamericano Gary Larson.

Tras una serie de cortos de Juan Padrón, de disfrute exclusivo para sus seguidores, que los tiene, llega la pieza más original de la velada, una adaptación del cuento de William Burroughs La navidad del junkie. Produce Francis Coppola y el propio Burroughs (prueba viviente, como drogadicto, de que lo que no mata engorda) lee y presenta su texto, una buena muestra de poesía del arroyo en la que un drogadicto, tras remover Roma con Santiago en plena Navidad neoyorquina, consigue su chute y lo utiliza para relajar a un enfermo, siendo premiado posteriormente con un divino pinchazo que le deja como nuevo. En tenebroso blanco y negro, protagonizada por muñecos expresionistas que parecen sacados de un dibujo de Grosz, La navidad del junkie es una pequeña joya no exactamente para todos los públicos. Siguiendo con Burroughs, el inglés Philip Hunt ofrece su versión de Ah Pook está aquí, un corto artísticamente correcto, levemente inquietante, pero menos contundente que el que le precede.

Animaratón termina con una serie de cortos eróticos entre los que cabe destacar una versión del Kamasutra a base de plastilina, un material que, como se podrá comprobar a lo largo de esta noche animada, tiene todavía muchas cosas que decir en este mundo regido por los ordenadores.