No me ofende
A mí no me ofenden las declaraciones del señor Cascos sobre la mujer. Tan sólo se me antojan algo casposas y carpetovetónicas, como corresponde al talante de quien las pronunció.No le falta razón al señor Cascos. La ancestral costumbre de calificar a la mujer como síntesis de virtudes o, más comúnmente, como todo lo contrario, es probablemente milenaria.
El problema es que para encontrar el verdadero origen de la mentalidad de nuestro actual vicepresidente no sólo sería necesario remitirse a los primeros textos bíblicos, sino posiblemente recurrir a la técnica del carbono -14 que, como todo el mundo sabe, es la que se usa para determinar la antigüedad de los fósiles.
Señor, Señor, qué país...
¡Feliz Navidad!-
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