Brea del Tajo pincha la "rueda"

A la quinta fue la vencida. Brea del Tajo, un pueblo de 480 habitantes que llevaba siete años esperando una farmacia, celebró ayer la apertura de su primera botica. Teresa Viñarás, una licenciada en paro, abrió a las 10 de la mañana el deseado local. Con este gesto, rompía la rueda, un ardid legal urdido por un grupo de boticarios compinchados para impedir la competencia.La historia comenzó en febrero de 1989, cuando una boticaria en paro, Pilar Maqueda, pidió permiso al Colegio de Farmacéuticos para abrir el establecimiento. Su solicitud fue publicada en el tablón de anuncios del colegio, organismo que evalúa las peticiones. Entonces, otros 10 licenciados. exigieron lo mismo. En 1991, el colegio, tras evaluar las solicitudes, propuso a la Consejería de Sanidad que adjudicase la farmacia a José Luis Dorado, uno de los 11 peticionarios.

El baremo legal prima a los farmacéuticos con botica frente a los parados. Cuantos más años de profesión se tienen, más puntos se logran. La rueda consiste precisamente en presentar candidatos con muchos puntos para evitar que los parados puedan lograr la farmacia y hacer la competencia.

En 1993, dos años después de la adjudicación, Dorado, que pertenece a la directiva del Colegio de Salamanca, seguía sin tomar posesión. En 1993, el colegio de Madrid propuso al siguiente: Bernardo Alfaro, quien también se nego a abrir. Alfaro era secretario del Colegio de Boticarios de Zaragoza. En marzo de 1994, el colegio le concedió el permiso a Tomás Marco, directivo del Colegio de Zaragoza. Marco renunció también a la farmacia de Brea. Luego le llegó el turno a Jesús Catalán, vicepresidente del colegio de Zaragoza, que renunció en enero de este año.

De todas estas renuncias sólo una persona se beneficiaba, Julia Sánchez-Escribano, vocal de titulares del colegio de Madrid, y farmacéutica de Estremera, un municipio distante ocho kilómetros de Brea. Esta boticaria, desde su farmacia, suministra a Brea.

No hay pruebas de que Sánchez-Escribano haya sido la instigadora de estos ardides, que son completamente legales. Pero hace años pidió permiso para abrir una farmacia en el municipio zaragozano de Castiliscar (431 habitantes). La operación beneficiaba a su colega Bernardo Alfaro, uno de los integrantes de la rueda de Brea, que posee una farmacia en el cercano Sádaba (1.620 vecinos).

Tras la última renuncia de Brea, le llegó el turno a Teresa Viñarás, la quinta peticionaria y ajena a la rueda. "Estoy,encantada", relató ayer Viñarás. "He invertido mucho dinero. Espero llevarme bien con la farmacéutica de Estremera, a pesar de que haya impedido que abra mi farmacia durante años. Hoy [por ayer] la llamaré para presentarme, olvidarlo todo y acordar las guardias", añadió.

El primer teniente de alcalde, Rafael Barcala, del PP, se mostraba satisfecho con la nueva botica: "No nos quejábamos de la atención del botiquín del pueblo [propiedad de la farmacéutica de Estremera], pero queríamos la farmacia. Era lo justo".