Pável / Pablo
Tengo un amigo que, cada verano, acoge en su casa a un niño ajeno, siempre el mismo, un niño ucranio que, con los años, se va volviendo más y más propio, más como los que son de su sangre y carne. Cuando llega a Madrid, Pável se convierte en Pablo para la familia' de mi amigo y sus allegados. Y es un dolor verle partir hacia su realidad.Después de Chernóbil -pronto hará 11 años desde la catástrofe nuclear que provocó la liberación de toneladas de material altamente radiactivo-, dos millones de niños viven en Ucrania, en zonas contaminadas, y otro medio millón se encuentra en las mismas circunstancias, en Bielorrusia y Rusia. Como consecuencia de las mutaciones, en la población nacida después del accidente están apareciendo malformaciones congénitas y deformaciones, y se dispara el índice de diversas enfermedades, sobre todo el cáncer de tiroides, entre los niños. Allí la gente no tiene medicinas, y las farmacias funcionan por intereses comerciales. No hay equipos modernos en las instalaciones sanitarias que estudian los problemas asociados a Chernóbil.
Conscientes de estas necesidades, un grupo de familias crearon la asociación AFAN (Asociación Familiar de Ayuda a un Niño), que pretende llevar a cabo un programa continuado de acogimiento temporal en familias para estos niños. Se ha demostrado, aseguran, que su permanencia en nuestro país mejora su esperanza de vida. El último verano trajeron a 165 niños, y el coste de esta acción ascendió a cerca de 11 millones de pesetas.
Necesitan dinero para seguir haciéndolo, y por eso, este fin de semana -días13, 14 y 15- instalarán un mercadillo en el Mercado Puerta de Toledo. Habrá mucho que comprar -donaciones múltiples- a mitad de precio. Y será por todos los Pável. Seguro que iremos.
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