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Reportaje:

Phoolan Devi no se arrepiente de nada

La 'reina de los bandidos' presenta su autobiografía en Barcelona y asegura que hoy es una mujer feliz

Jacinto Antón

Bajita, con su figura regordeta embutida en un sarí color miel y las pequeñas manos juntas en él saludo tradicional indio, Phoolan Devi no parece en absoluto la terrible reina de los bandidos de cananas cruzadas sobre el pecho y aire fiero que una vez fue. Sólo la mirada, de ojos inquietos que cambian continuamente de objetivo, como si aún se sintiera perseguida, revela algo del pasado de esta mujer, cuya historia de sufrimiento atroz, venganza y redención parece salida de un relato de Salgari como mínimo. Nacida hace alrededor de 35 años en el seno de la casta de los mallahs, sólo un peldaño por encima de los intocables, en un pequeño pueblo campesino del norte de la India, la Sandokán de Uttar Pradesh, Phoolan Devi ("Diosa de las Flores"), fue casada a los 11 años y violada salvajemente por su marido, 25 años mayor. No fue su primer gran dolor -ya antes la había mordido una hiena, lo que no debió de ser muy diferente-, pero sí el principio de una serie de abusos inenarrables que la condujeron a convertirse a los 16 años en una dacoit, una bandida, y, tras una venganza de aquí te espero, en un personaje legendario en un país rico en leyendas.

Hoy, tras entregarse a la justicia y pasar 11 años en la cárcel, Phoolan es diputada en el Parlamento indio. Ayer estuvo en Barcelona para presentar su autobiografía, La reina de los bandidos (Ediciones B y, en catalán, Columna).

"No me arrepiento de nada de lo que hice", dijo mientras sus manitas, que en el pasado aferraban el Mauser y la metralleta Sten, dibujaban celosías en el aire con la gracia de una bailarina de kathakali.

"No hice más que darle lo que se merecía a la gente que abusó de mí", añadió Phoolan, que castró a algunos de sus violadores -entre ellos su primer marido- y liquidó a tiros a otros, como explica en su autobiografía.

El 14 de febrero de 1981, la reina de los bandidos y su partida entraron en el pueblo de Behmai y causaron una matanza eliminando a 22 hombres. Provoca un escalofrío pensar que esta mujercita llegó a ser considerada casi un avatar de la oscura Kali-Durga, la terrible divinidad que en su día dirigió los pasos de otros célebres salteadores de caminos indios: los estranguladores thugs.

"Unicamente fui en contra de los que explotaban a los pobres, y devolví a éstos lo que les habían quitado", subraya Devi. La Robin Hood india, a la que acompañaba ayer su actual marido, un hombre de gran bigote y mirada tierna, aseguró que en la actualidad es una mujer feliz.

Con una voz cristalina -en urdu, que vertía un intérprete al inglés-, Phoolan descalificó los libros que se han escrito hasta ahora sobre ella y dijo que sólo el suyo -dictado, pues sigue siendo analfabeta- contiene la historia real, la verdad.

De Indira Gandhi, con cuyo Gobierno pactó su rendición en 1983 tras años de tener en jaque a fuerzas de la policía y el ejército, apuntó que fue buena política, pero que, paradójicamente, durante su mandato no se hicieron demasiadas cosas por los derechos de la mujer.

Elogió en cambio a la madre Teresa de Calcuta: "Es una buena y respetable mujer. Hacen falta muchas como ella en la India".

Desde su puesto en el Parlamento, por el partido Samajwadi, de izquierdas, Phoolan quiere contribuir a paliar la pobreza que aflige a su país, dijo. Trabaja para crear una institución que acoja a las mujeres que salen de la cárcel, rechazadas por la sociedad y sus propias familias. Y lucha por eliminar la tradición de la dote matrimonial, que hace que tener hijas represente una carga para las familias.

No tiene muy buena opinión de los políticos de su país: "No son buena gente, en general. Son egoístas, corruptos, y están preocupados sólo por sus carreras. No dudan en promover y explotar la rivalidad entre castas".

La ex bandida, que se ha escandalizado del tratamiento que da la publicidad occidental a la mujer, no se opone en cambio a los concursos de misses como el celebrado en Delhi: "Si la naturaleza ha sido generosa con una mujer y ella saca provecho, está bien. Lo malo es que se explote a la mujer en beneficio de otros".

Phoolan Devi confía en que no exista la reencarnación. Pero en todo caso, dijo, espera que si tiene que volver a nacer al menos no le toque como mujer, y en la India.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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