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Los comunistas portugueses jubilan a su vieja guardia

Los comunistas portugueses culminarán este fin de semana una amplia renovación generacional iniciada ya hace cuatro años y perfilarán su progresiva adaptación al nuevo marco político creado tras la desintegración absoluta del modelo soviético. Durante su XV congreso, abierto ayer en Oporto, los comunistas, que aún conservan una considerable influencia política en Portugal, pretenden convertirse en una "auténtica altenativa de izquierdas", tras sentirse traicionados por la "trayectoria conservadora" de los socialistas, sus históricos compañeros de viaje, desde su llegada al poder en octubre de 1995.

El congreso del PCP jubilará a su vieja guardia y dará paso a nuevos dirigentes que, en algunos casos, no conocieron la clandestinidad. El relevo generacional sólo contempla una única excepción: Alvaro Cunhal, miembro del Comité Central desde 1936, exactamente desde hace 60 años. El líder histórico, de 84 años, conservará un simbólico puesto en el Comité Central, pero abandonará la presidencia del Consejo Nacional, órgano que desaparece tras haberse creado expresamente para él hace cuatro años con el fin de trasladar el poder a Carlos Carvalhas, elegido entonces secretario general.

Los comunistas portugueses quieren impulsar en este congreso la recuperación del terreno perdido. En las últimas elecciones legislativas, los comunistas, en coalición con los verdes, perdieron casi tres puntos con respecto a las antenores (del 11,1% en 1991 bajaron al 8,3% en 1995), aunque obtuvieron en ambas citas el mismo número de diputados (15).

Reactivar la militancia

Asimismo, los comunistas pretenden reactivar su militancia, que, según sus cifras, ha descendido sensiblemente. En los denominados años de oro del comunismo portugués (1975-1985), el PCI tenía alrededor de 200.000 militantes, la cifra bajó a 172.275 en 1988 y actualmente se encuentra en torno a los 140.000.El militante comunista portugués, a juicio de Antonio Dias Loureiro, ex director de Avante -órgano oficial del PCP-, tiene un perfil bien definido: la mayor parte son hombres, de algo más de 30 años; suelen vivir al sur del Tajo o en los cinturones industriales de las grandes ciudades; son empleados y apenas tienen la escolaridad obligatoria, si bien su educación va ampliándose progresivamente.

Precisamente las situaciones laboral, económica y educativa de los portugueses constituyeron el blanco de las más severas críticas lanzadas ayer contra el Gobierno socialista por el secretario general del PCP, Carlos Carvalhas, durante la apertura del congreso.

Carvalhas insistió en que los primeros 14 meses de Gobierno socialista no se han distinguido por el "cambio" preconizado, sino por la "continuidad" de la década conservadora (1985-1995) que dirigió el socialdemócrata Aníbal Cavaco Silva. A su juicio, la política socialista ha aumentado notablemente el desempleo y los desequilibrios económicos y sociales.

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