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GENTE

LAS FOTOS DEL DELITO

Riccardo de Corato, senador de Alianza Nacional y munícipe milanés, pasará a la historia por haber propuesto una moción, aprobada por el Ayuntamiento de la capital lombarda, que establece safaris fotográficos contra quienes frecuenten prostitutas o travestidos. En castigo por su fea conducta, multa y fotos serán después mandadas por correo a sus casas, para que las vean sus santas esposas. El alcalde de Milán, Marco Formentini, que, junto con la derecha y una parte de sus correligionarios de la Liga Norte, ha sacado adelante la fantástica moción-hallazgo, se encuentra ahora víctima del aforismo "se obedece, pero no se cumple", porque los policías municipales, a los que el primer ciudadano pretendía mandar con las camaritas a sorprender a los clientes del sexo callejero, ha amenazado textualmente con ir a las barricadas si les obligan a hacer de mirones y, por boca de un representante, se preguntan si a la corporación no le habrá dado un aire. Curiosidad boquiabierta en medios jurídicos, en los que se apunta que la propuesta es directamente de Código Penal, porque la difusión de las fotos de los pecadores, aunque fuera con la sana intención de que sus santas les pusieran las peras al cuarto, violaría el derecho a la privacidad. Por otra parte, el Ayuntamiento de Florencia ha seguido su cruzada contra los propietarios de coches en cuyo interior se realicen actos obscenos poniendo multas por mal aparcamiento mientras los clientes tratan con las prostitutas y adelantó la limpieza de esas calles de comercio carnal, con enormes camiones que expelían grandes chorros de agua en horas punta. No ha obtenido grandes éxitos porque hay cosas que son difícilmente reprimibles.

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