Opel reitera que no le basta con el cese de 'Superlópez'
La resaca de la dimisión del ingeniero vasco José Ignacio López de Arriortúa, de 55 años, de su cargo en la presidencia del consorcio automovilístico Volkswagen (VW) continuaba en Alemania durante el fin de semana con informaciones contradictorias sobre las consecuencias del cese. El semanario Der Spiegel aparece mañana lunes con la información de que General Motors (GM) y Opel se encuentran bastante cerca de un acuerdo extrajudicial. Por su parte, Opel salió de inmediato al paso de esta información y asegura la hija alemana de GM que "las oportunidades para un acuerdo amistoso han empeorado".
El presidente del consejo de vigilancia de VW, el mismo organismo que el viernes aceptó por unanimidad la dimisión de López, Klaus Liesen, asegura, en una entrevista con el diario muniqués Süddéutsche Zeitung, que López no cesó para cumplir con una exigencia de Opel y además le parece imaginable que en el futuro trabaje como asesor privado para Volkswagen.
El diario sensacionalista Bild Zeitung apareció. ayer con ungigantesco titular, en el que asegura que VW le dio a López un "despido dorado" de 11 millones de marcos (unos 925 millones de pesetas). Otras afirmaciones más fiables aseguran que López cobrará su sueldo anual de más de dos millones de marcos (unos 170 millones de pesetas) hasta el final de, su contrato en 1998.
El tema central de especulación tras la dimisión de López es el de si bastará para aplacar a GM y Opel o seguirá adelante el enfrentamiento ante los tribunales. Las primeras reacciones del consorcio estadounidense y su hija alemana dan a entender que la cabeza del presunto traidor no ha satisfecho la voracidad de GM/Opel y exigen que siga la degollina en VW. Para GM, el proceso en Detroit supone una oportunidad magnífica para arrastrar por el barro y dañar la imagen de su contrincante europeo.
