_
_
_
_
FÚTBOL 12ª JORNADA DE LIGA

Pesadilla en Vallecas

Rayo y Racing empatan en un partido caótico

José Sámano

Hay muchas maneras de emborronar el fútbol. El partido de Vallecas fue una de ellas. Rayo y Racing perfilaron un duelo espantoso, sin sensibilidad alguna con los aficionados que se esparcieron por el estadio. Los dos equipos pasaron la tarde de espalda a la grada, ajenos al fútbol, y sólo rivalizaron en el número de disparates cometidos. La Liga de las Estrellas debería multarles. Eso sí, siempre que no les dictara como castigo repetir cien veces el mismo encuentro.Parece que esta temporada, de forma más evidente que nunca, los modestos juegan dos Ligas en una. Cuando se miden a los poderosos no se sienten presionados. Esa guerra no es la suya. Se quitan el polvo y tutean a cualquiera. Pero cuando se cruzan entre sí comienzan a tiritar y afloran todas sus pequeñeces. Quizá porque este año la maldita Liga de 22 multiplicará sus condenas, con cuatro descensos y una promoción.

Sólo así cabe explicarsé un partido tan desafinado entre dos conjuntos que en dos meses han pintado la cara a los más punteros. El Rayo, al Atlético, y el Racing, al Madrid, Barça Valencia, Deportivo y Betis. Encogidos por sus entrenadores -ya saben eso de un puntito es un puntito- unos y otros se apelotonaron en una baldosa del centro del campo y se enredaron en un repertorio desafinado: ni dos pases seguidos, ni una intención, ni un fogonazo de grandeza. Pim, pam, pum. Pelotazo va, pelotazo viene.

Casi una hora tardó el Rayo en examinar a Ceballos, que respondió con reflejos a un remate, de cabeza de Andrijasevic. El repertorio vallecano se cerró con una jugada trompicada de Ezequiel, que en el balcón del área lanzó un disparoseco al poste. Algo más hizo el Racing, que al menos aportó al único futbolista que se vio Por Vallecas: Correa. No está en su mejor forma física, pero dejó dos controles y un remate al larguero en el último suspiro del choque que espabilaron tímidamente a los espectadores. Correa, cedido por el Atlético, logró también que Miguel Ángel Ruiz, secretario técnico de los rojiblancos, fuese el único espectador que no perdió el tiempo en Vallecas. Todo lo demás fue una pesadilla.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_