"No es mi intención molestar a Chiquito de la Calzada porque es mi ídolo"

Desde el país de Chiquitistán, conecta cada noche con el programa Esta noche cruzamos el Mississippi, presentado por Pepe Navarro en Tele 5. Florentino Fernández, madrileño de 23 años, es el polifacético actor que lo mismo se disfraza de fornido y torpe guardaespaldas (Pikolín), que de Rafa, el chapuzas, un personaje muy similar al Ñapas de Pepelu. Pero sus papeles estrellas con los hermanos Lucas y Satur Grijander, que han ampliado considerablemente el diccionario particular de Chiquito de la Calzada. Antes de aparecer en pantalla, el teléfono avisa: Cuidadín, cuidadín. Doblan escenas de películas, que emiten a través de las cadenas Telepeich y Antena Gramenauer. Eso sí, siempre a su manera: Oficial y Caballero se traduce por Diodenal y Caballero; Duelo de titanes es Duelo de torpedos, y Desayuno con diamantes por Desayuno con Grijanders. Y se despide a base de fistros, y condemors....

Pregunta. El Mississippi parece ser un pasaporte seguro a la fama.

Respuesta. Para un actor es una buena forma de darse a conocer y de hacerte con un buen currículo.

P. Pepe Navarro dice que él es como el Ajax: descubre figuras y otros las fichan.

R. No puedo opinar sobre la manera de actuar de otras personas, pero yo, mientras trabaje con él, le seré fiel. Es un gran profesional, que tiene su forma de ser como todos y muchos líos porque tiene que dirigir un programa diario. Pero es una persona con la que se puede hablar.

P. ¿Y por qué se mete tanto con él en pantalla?

R. Pero, ¿es que no se ve el pedaso de cabesa que tiene? Es imposible no decir nada ante ese volúmen de masa encefálica. Tanto, que si hubiera sido langostino sería todo desperdicio. A veces le digo: "Luces la calva más brillante que la paellera de Villarriba". El físico de Pepe da para mucho.

P. Chiquito de la Calzada ha dicho que está molesto con sus imitaciones.

R. Mi intención no es molestar a nadie. Y mucho menos a Chiquito, que es mi ídolo y le tengo muchísimo respeto. Me encanta la ingenuidad de su humor y la forma de hacer reír a la gente. Me gustaría hablar con él y decírselo personalmente. Incluso me gustaría mucho que viniera al programa.

P. ¿Le reconoce ya la gente por la calle?

R. Sí, y me dicen cosas. La fama es bonita, pero a veces puede ser un poco agobiante.

P. Usted es el hombre-orquesta del programa.

R. No doy abasto. En apenas unos minutos tengo que cambiar de registro todos los días. Al ser un programa en directo tengo que reaccionar a tiempo e improvisar continuamente.

P. ¿Es consciente de que la televisión puede llegar a quemar?

R. Sí, ya me lo han advertido, por eso estoy dispuesto a renovarme y a dosificar mi trabajo. Pero también sé que tengo que aprovechar esta oportunidad. De momento, quiero exprimirme porque la gente se ríe conmigo.