Un paseo por el purgatorio
Antes de ser estrellas, los jugadores deben redimirse en los circuitos satélite
El fastuoso mundo del tenis profesional tiene también su purgatorio. Algunas de las grandes estrellas actuales apenas lo han pasado. Pero la inmensa mayoría de los jugadores que se mueven entre los 100 primeros del mundo han debido forjarse en las miserias de unos circuitos satélite donde han malvivido para salir adelante. Ahora la mayor parte de ellos recuerda aquella etapa como la más dura de su carrera deportiva. Y no es extraño. Jugar en los circuitos satélite tiene unos grandes costes y la única compensación de los puntos. "Ahí se pierde dinero seguro", comenta Francisco Yunis, un argentino que disputó el satélite Anella de Cataluña.Los circuitos satélite son el preámbulo del profesionalismo. Es la única puerta de entrada al ATP Tour para la mayoría de los jugadores. Un circuito se compone de tres torneos y un masters, que ocupan cuatro semanas. Son torneos poco dotados económicamente, que dan pocos puntos ATP -alrededor de 30-, pero que son un trampolín de lanzamiento hacia el circuito profesional.
Entre los habituales de estas competiciones están jugadores como Yunis, de 31 años, que lleva 14 de profesional pero que ahora está cerrando su carrera. Pero fundamentalmente se nutren de tenista que se están abriendo camino. Tenistas jóvenes cuyas clasificaciones rondan el 200º mundial y que aún deben pagar, y bastante, para poder llegar a ser profesionales. Chicos de entre 18 y 23 años que se desplazan repartiendo gastos, que deben pagarse sus raquetas, su ropa de tenis, sus inscripciones a los torneos, y que suelen jugar en pistas vacías y alojarse en hoteles de calidad dudosa.
Sus historias se escriben muchas veces gracias al esfuerzo de los padres, que hacen ingentes aportaciones económicas paro que sus hijos sigan avanzando Pero el sacrificio es tan grande que muchos no pueden seguir, se que dan en el camino. El coste mínimo anual de un jugador que se mueve en estos niveles de tenis y que se entrena durante el año en una academia privada alcanza 2.880.000 pesetas. Si el jugador, como ocurre en algunos casos, tiene un entrenador particular, la cifra puede oscilar entre cinco y siete millones.
La compensación económica que pueden sacar es ridícula. Ganar un torneo supone un premio de unas 100.000 pesetas, que se quedan en 80.000 tras la retención fiscal. "Para algunos jugadores el paso por los satélite es rápido Pero otros se encallan ahí y no lo gran superar este trámite. Es duro. Yo he visto a jugadores que dependían de un triunfo para hacer dinero y poder viajar la semana siguiente", comenta Francis Roig que la pasada semana fue semifinalista en el challenger Open Universiada 99 de Mallorca.
España organiza anualmente nueve circuitos satélite -36 se manas de ocupación-, 17 torneos femeninos de la WTA de baja dotación y seis torneos challeger. "Para nosotros es fundamental, porque los españoles pueden ahorrarse los gastos de desplazamiento", asegura Roig. "Creo que ha sido una de las bases del éxito actual de nuestro te nis", concluye.
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