Sin esfuerzo
La Bolsa española se adaptó ayer a las circunstancias como nunca, lo que le obligó a ceder posiciones por la mañana, siguiendo la caída en el precio de la deuda, y a aproximarse a los máximos históricos por la tarde, de la mano de Wall Street, que se ponía por encima de los 6.000 puntos. Los cambios de tono de la sesión tuvieron un denominador común: la ausencia de dinero. Tanto cuando las cotizaciones bajaban como cuando subían. Los inversores han optado por intervenir lo mínimo en el mercado hasta que la situación se decante por sí misma, algo que sólo es posible cuando se tienen grandes beneficios, seguramente ya materializados.La Bolsa de Nueva York abrió con las cosas muy claras y ya desde los primeros momentos superó el nivel de los 6.000 puntos, para cerrar con una ganancia de 40,62 puntos. Las reacciones en los mercados europeos no fueron todo lo importantes que la ocasión se merecía, tal vez por la desconfianza existente ante los repetidos intentos de Wall Street por superar su propio récord. Madrid subió un 0,48% y el Ibex 35 el 0,54%.
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