El Vaticano critica los rumores, sobre la salud y el futuro del Papa
Marlo Agnese, director de L'Osservatore Romano, el periódico ofícial del Vaticano, se siente "herido" por cuantos "han olvidado el valor del respeto, al que todo hombre tiene derecho, y han perdido el sentido de la medida" en la promoción de especulaciones sobre la salud y el futuro del Papa. Agnese reflejó ayer así un malestar derivado de los recientes rumores que ponían en duda que Juan Pablo II fuera a ser operado sólo de apendicitis, o que aseguraban que había entregado ya una carta de dimisión.
El tono de L'Osservatore es más duro del que reprentantes destacados de la jerarquía han utilizado para referirse al mismo tema. "El diálogo con los medios de comunicación ha ido globalmente positivo. Ha puesto de manifiesto la importancia que el mundo atribuye a la personalidad del Papa, aunque yo critique desde hace un tiempo la tendencia a exagerar las cosas, casi a querer que enferme", ha declarado, por ejemplo, al diario La Repubblica, Rosalio Castillo Lara, uno de los cardenales más próximos a Karol Woityla.Castillo responde así a la pregunta de si ha detectado maniobras para lograr que Juan Pablo II dimita: "No creo que se trate de grupos organizados o importantes, y diría que, más que en el Vaticano, se han manifestado en el conjunto de la Iglesia. El debate se remonta al Concilio, cuando se fijó el límite de edad de 75 años para los obispos y los párrocos. Luego Pablo VI decidió que los octogenarios no podían participar en el cónclave. Se pensó en teoría en aplicar la misma regla al Pontífice. Por lo que conozco a Juan Pablo II, creo que nunca ha pensado en dimitir", ni el día en que el mal de Parkinson pudiera llegar a minarle sus facultades mentales.
Nadie creía el diagnóstico
Por lo que se refiere a los rumores sobre la salud, Luigi Ortona, el especialista en infecciones que intervino en la operación, reconoció ayer en el Corriere della Sera que "la opinión pública no creía en absoluto en el diagnóstico de la apendicitis" y añadió que el propio equipo médico "dio un respiro de alivio" tras "practicar el corte" y ver lo que había.Entretanto, Juan Pablo II continuó ayer su recuperación con dos breves paseos, bebió agua y té azucarado. Fue visitado brevemente dos veces por los médicos, que le tomaron una tensión de 9 y 15, y comprobaron que "el intestino ha comenzado a moverse de nuevo y a recanalizarse". El Papa debería iniciar hoy una alimentación sólida. "Hacía tiempo que no le veía tan en forma. Está sereno, sonriente y hasta impaciente", dijo el cardiólogo, Attilio Maseri.
La candidatura de Juan Pablo II a Premio Nobel de la Paz comenzó a ser promovida ayer por la Comunidad de San Egidio, que reunió en Roma a más de 400 líderes cristianos, hebreos, musulmanes, budistas y de otras religiones para rezar en el X aniversario de las Jornadas por la Paz convocadas en Asís por este Papa. "Juan Pablo II ha estado muy presente en este 'encuentro", dijo Andrea Riccardi, presidente, de San Egidio.
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