Para una inmensa minoría

Dicen que a la tercera va la vencida. Los chicos de Wyorning -gafas Blues brothers, uniforme Reservoir dogs- tienen su tercera oportunidad esta temporada en un nuevo horario: domingo, 15.10, tras el informativo (en busca, tal vez, del efecto ¡Qué me dices!). Con un raquítico 8% de cuota de pantalla en su primera cita y un triste 10,5% en su segunda, ¡Caiga quien caiga! (CQC) vive los momentos de su ultimátum (si no ronda el 20% tiene sus días contados) con el desenfreno de su habitual terrorismo informativo salpicado de entrevistas delirantes, reporteros sin vergüenza, bromas y regalos a famosos que no saben cómo reaccionar ante su propio ridículo.CQC no puede (no debe) caer porque es un programa necesario: desdramatiza, desmitifica y desconcierta. Su humor es políticamente incorrecto, aunque le pierde algún guiño con tufillo a broma de colegio mayor y, sobre todo, la inconsistencia de sus contenidos: el saludo de una estrella es poco botín para unos piratas catódicos con tanto morro.

A pesar de su estética moderna y agresiva (¿no es excesiva tanta pirueta en las presentaciones en plató?), la mala uva de sus reportajes ' su incorruptible sentido autoparódico y la química de sus heterodoxos presentadores, CQC no parece contar con el beneplácito de una audiencia masiva. Todo llegará. Ahora Tele 5 tiene en sus manos la posibilidad de contentar a una inmensa minoría manteniendo este informativo desquiciado y corrosivo.