El líder de la derecha dimitió sin esperar a datos definitivos

Miltíades Evert, de 57 años, el líder conservador de Nueva Democracia-no esperó a los resultados definitivos. Dimitió nada más conocer que los sondeos a pie de urna y el escrutinio de los primeros colegios auguraban una cómoda victoria al PASOK. Unos resultados similares llevaron a su antecesor y rival, Constantino Mitsotakis, a dimitir en 1993. Estaba claro que otra derrota de Nueva Democracia ahondaría más las divisiones que desde hace dos años causan estragos en el partido conservador y, sin duda, iba a dar más bríos a quienes ya reclamaban insistentemente la sustitución de Evert. "Asurno la responsabilidad 'de los resultasdos", dijo anoche éste.El exaltado nacionalismo de Evert y sus promesas de ayudas económicas a los más desfavorecidos, al tiempo que defendía la disminución del sector público y un plan de privatizaciones, no convencieron a un electorado ansioso por encontrar soluciones creíbles y concretas a sus problemas.

Además, sus cambios de táctica durante la campaña han desconcertado a sus partidarios y no han evitado que el voto conservador se dispersara. Sus errores gramaticales -algo que los griegos, tan celosos de su idioma, no perdonan fácilmente -hicieron el resto para minar su imagen ante la opinión pública.

La derecha se enfrentará en los próximos meses a la elección de un recambio más acorde con la "nueva Grecia" que acaba de inaugurar el socialista Simitis. Esta tarea no parece fácil. En las tertulias políticas de Atenas se sostiene que Mitsotakis pudiera volver a tomar las riendas del partido. Otras fuentes señalan como posible cabeza de fila de Nueva Democracia al actual alcalde de Atenas, Dimitris Avramopulos, que goza de una gran popularidad.