Vecinos de Cercedilla persiguen a sus gorrinos
"Captura del gorrino", anunciaban ayer los carteles que presidían la puerta del coso de Cercedilla (4.746 habitantes). "Sin engrasar", añadieron a rotulador los organizadores, la Sociedad de Casados, para evitar las comparaciones con Miraflores de la Sierra y su cerdo embadurnado, que este invierno levantó las iras del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid. Miraflores organizó este festejo -ocho parejas atadas entre sí por los tobillos intentaron cazar un cerdo untado con aceite para que fuese más resbaladizo- el pasado mes de febrero. Tras una protesta del PSOE la Consejería de Economía abrió un expediente sancionador al Ayuntamiento por permitirlo y para "aumentar la concienciación medioambiental", manifestó en su momento el consejero Luis Blázquez.El festejo de Cercedilla, que se celebra durante las fiestas desde hace más de 25 años, según Isidro Hurtado, miembro de la Sociedad de Casados, difiere en algunos puntos del de Miraflores. "No son cerdos caseros, son cruzados con jabalíes: animales de campo que están acostumbrados a los regates porque pastan en las dehesas donde hay toros y corren más", aseguró Hurtado. "Los bípedos se cansan antes que los cuadrúpedos", añadió. El alcalde, Eugenio Romero (PSOE), insistió en que no se maltrataba al animal.
Cada pareja de participantes, convertidos en siameses por una cuerda que unía sus muñecas y les dejaba, por tanto, un solo brazo útil, disponía de un tiempo máximo de tres minutos para capturar al cerdo. El que lo coge se lo queda.
"Lo más seguro es que los vencedores lo den a un ganadero para que lo engorde y haga la matanza", comentó Hurtado, mientras el centenar de personas que asistió al festejo abandonaba el coso. "Lo hacemos para que los jóvenes conozcan las tradiciones de los animales en directo. Esto es como cuando aquí se criaban animales y había que cogerlos para cambiarlos de corral", concluyó.
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