LAS ANGUILAS, DE MODA

La película de Bigas Luna Bambola, que no es que haya sido acogida en la Mostra de Venécia precisamente con grandes reverencias, ha conseguido incrementar la demanda de pescado en la ciudad, concretamente de anguilas, a raíz de que la protagonista, Valeria Marini, se pase en el filme uno de estos viscosos y larguiruchos animalitos por toda su poderosa anatomía (después de transitar por la misma anatomía otro tipo de animalitos supuestamente más racionales). En el mercado de Rialto, variadísimo en pescado del Adriático, los restaurantes hacen cola para comprar anguilas, que están alcanzando unos precios como si incluyeran butaca de patio para ver qué hace Valeria con ellas. Sin pretender, a estas alturas, descubrir la relación entre erotismo y gastronomía, lo cierto es que ha sido interpelado sobre esta fiebre de la anguila hasta el príncipe de los cocineros venecianos, Arrigo Cipriani, del Harry's Bar, quien rechazando que el pez en cuestión sea nuevo en su menú recuerda cómo prepararlo: ahumándolo en el momento "para dar un particularísimo toque de perfume al plato". Después de lo cual uno procede como Dios o Valeria le den a entender. Lo que Bambola no ha conseguido por el guión o la interpretación se lo va a llevar de calle en el sector pescadero.-