El oportunismo 'culé'

Fije el Barça quien rompió el aislamiento en el que se encontraba, el fútbol español por orden de la Delegación Nacional de Deportes desde el año 1962 al 1973. No había sitio para los extranjeros, aunque España era un paraíso para los oriundos, jugadores suramericanos que en su mayoría nunca pudieron acreditar su condición de descendientes de españoles, pues falsearon la documentación a la hora de tramitar su ficha. El fraude era tan manifiesto que al Barca le sirvió para forzar la apertura de fronteras y presentar a Johan Cruyff, por la cifra récord de 100 millones de pesetas.Un informe elaborado por el club azulgrana aseguraba que de los 30 casos consultados por el abogado Miquel Roca Junyent en su viaje a Argentina, sólo uno era oriundo, pues los otros 29 habían cumplido el servicio militar en el ejército argentino. El Barça amenazó con revelar el nombre de los implicados en caso de que no se levantara la prohibición de fichar extranjeros. Fue así como en el curso 1973-74 llegaron Cruyff y Sotil al Camp Nou y el Barça ganó la Liga.

La jerarquía azulgrana en aquel año fue incuestionable. La pareja de extranjeros azulgrana resultó más determinante que las de los demás clubes: Ayala-Heredia (Atlético), Diarte y Arrúa (Zaragoza), Netzer y Mas (Real Madrid), Keita y Jara (Valencia) o Carnevalli-Verde (Las Palmas). Hasta 29 extranjeros llegaron el primer año al fútbol español.

El tercer extranjero llegó en el año 1988-89. La novedad no alteró en esta ocasión el monólogo madridista. Es más: el pase del azulgrana Schuster a Chamartín reforzó aún más la condición de campeón del Madrid. Esa temporada, Johan Cruyff aterrizaba en el Camp Nou, como entrenador, y, tras mantener a Lineker y fichar a Aloisio, comenzó a montar el llamado Dream Team.

Es el Barça otra vez quien insta a los rectores del fútbol a aumentar a cuatro el número de foráneos en la temporada 1991-92 para revalidar la Liga del año anterior. Koeman, Laudrup, Stoichkov y Witschge, y en 1993 Romario, completan un cuarteto que resultará decisivo. El Barcelona suma cuatro Ligas y una Copa de Europa con una aportación de los extranjeros que aumenta con el discurrir del tiempo. Los foráneos marcaron el 36,5% de los goles en el curso 1990-91 y el 68,1% en 1993-94.

La nueva apertura de fronteras es un buen augurio para el Barca, que es experto en el manejo del mercado extranjero y ha demostrado su oportunismo en los momentos puntuales de cambio: ganó la Liga 1973-1974 y 1991-1992, y en la 1987-88, aunque no ganó, contrató a Cruyff y dió el primer paso para un ciclo glorioso. La del Madrid, en cambio, fue una gestión a medio plazo: 11 Ligas frente a seis lo avalan.