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El tráfico de drogas atrapa a 88 españoles en cárceles de Portugal

Un total de 123 españoles se encuentran presos en centros penitenciarios portugueses, la mayoría de ellos (88) acusados o condenados por tráfico de drogas. Las nuevas estrategias de los narcotrafreantes, ante la desaparición de las fronteras internas de la Unión Europea, han convertido a Portugal en una de las rutas elegidas para enviar sus correos, la mayoría españoles y suramericanos. El Defensor del Pueblo portugués, Menéres Pimentel, denunció recientemente las "condiciones infrahumanas" que deben soportar los reclusos en Portugal y propuso al Gobierno "el cierre inmediato" de tres prisiones."Efectivamente", afirman fuentes diplomáticas españolas, "desde hace unos dos años estamos asistiendo a un nuevo fenómeno en Portugal, que no sólo afecta a ciudadanos españoles. Los narcotraficantes están utilizando este país como plataforma: de entrada para todo tipo de drogas, especialmente cocaína, que luego pretenden distribuir por todo el territorio comunitario".

Actualmente se han detectado dos categorías de correos españoles en Portugal. "Son detenidos", explican estas fuentes, "pequeños distribuidores que operan en España y vienen a repartir su mercancía también a Portugal. Suelen ser jóvenes que rondan los veinte años y son pillados in fraganti. Este grupo suele cumplir penas en tomo a los cinco años".

El segundo tipo es el más novedoso. "En los últimos años", precisan dichas fuentes, "se ha detectado una gran entrada de correos que vienen de Suramérica y aparentemente nada tendrían que ver con el tráfico de drogas. Son matrimonios que incluso viajan con niños o gente mayor en paro que llegan con grandes cantidades de droga. Suelen ser capturados en el aeropuerto y se enfrentan a condenas de ocho o diez años. Son los casos más tristes y más siniestros".

Penas en el país de origen

El proceso judicial portugués no es excesivamente lento y sus trámites no suelen alcanzar periodos superiores a un año. Asimismo, los presos españoles pueden solicitar el cumplimiento de la pena en su país de origen, siempre y cuando los ministerios de Justicia de ambos Estados estén de acuerdo. No obstante, los reclusos españoles no reclaman de forma generalizada su traslado.Fuentes consulares españolas admiten que existen cárceles antiguas en deficientes condiciones, pero en ningún caso "tercemundistas o infrahumanas" como se ha trasmitido a la opinión pública. 'Los presos españoles", añaden, "se quejan de algunas instalaciones, de la humedad o del trato que reciben precisamente por ser españoles, pero estos centros no tienen nada que ver con los de Marruecos, por citar un ejemplo".

La sobrepoblación de las cárceles sí "constituye un problema generalizado desde que se acentuó ese flujo de correos hacia Portugal". De los 13.049 presos registrados en Portugal el pasado mes de julio, un 34% son preventivos y un 46% reincidentes. Los extranjeros suman un 11 %, de los cuales más de la mitad proceden del África lusófona. Los jóvenes representan un 7% de toda la población y los hombres ocupan el 90% de los centros.

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