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Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
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Es tan fácil volver

El 'síndrome marbellí', o la atracción del abismo en los últimos días de agosto

Mirando la foto que este periódico publicó ayer en primera, un amplio retablo que mostraba al presidente Aznar en Santo Domingo de Silos, rodeado por las fuerzas vivas locales, me entró un subidón que casi se me volvieron a poner los senos en su sitio: tal era la sensación de retroceso. Cielos, no es que parezca que no hayan pasado por aquí ni la modernidad ni el 92 -que pasaron y devastaron-, sino que ni la movida madrileña ni, si me apuran, los inquietos setenta. Hombre, por otra parte, es estupendo creer, aunque sea por un segundo, que va a ponerse de nuevo de moda el can-can, pero, en conjunto, la cosa resulta bastante impresionante. Porque no hay nada más angustioso que saber lo fácil que resulta, si te caes, hacerlo para atrás. Es decir, en el abismo ético/estético del que pensábamos haber medio salido.Pero es que el mal acecha dentro de nosotros, y en cualquier momento puede conducimos por el camino equivocado. Por ejemplo, Mallorca, que es tan distinguida y goza durante agosto del incomparable fragor de fragatas auspiciado por el dulce encanto de la Monarquía, no puede sustraerse, a ratos, a lo que podríamos llamar el síndrome marbellí (SM). Se trata de una debilidad pasajera pero incontenible, tan irresistible como la urgencia que insta a José María Aznar a pedir bendición -cual heroína de culebrón venezolano saludando a sus mayores- en cuanto ve a un abad, o la que hacia que Franco corriera a meterse debajo en cuanto veía un palio. El SM obedece a la necesidad secreta que todos tenemos de comparamos, con otros, de ser mejores por reflejo ajeno, o de constatar que la tenemos más larga que el vecino de mingitorio: sin damos cuenta que, al comparamos, al reflejamos, al medimos, no hacemos más que ratificar la existencia del contrario. Que Mallorca no es como Marbella es una obviedad que no pocos aquí han querido remarcar hablando conmigo, pero que Mallorca no pueda ser Marbella, si le echan dedicación suficiente, ya no está tan claro.

En estas reflexiones metafsicas andaba yo perdida la otra noche, en la fiesta del Proyecto Hombre contra la droga, que se celebró en el Casino. No hay nada que iguale tanto a hombres y mujeres en la horterez como un sarao de beneficencia realizado. siguiendo los cánones. Ni siquiera con la pobre Carolina presidiendo en Montecarlo se libran de algo que, desde el planteamiento, es una grosería: reunirse a cenar y divertirse. para que otros coman, se traten del cáncer o se descuelguen de la heroína. Hay algo implícitamente vulgar -y, por tanto, marbellí- en la actitud satisfecha y beata con que un par de miles de personas se lanzan sobre el carré de ternera con la tranquilidad de conciencia que da haber aflojado una pasta destinada a los afligidos. Que la gala la presente Gunilla von Bismark o el doctor Bartolomé Beltrán -sorprendente reproducción insular de La Cosa, aunque su escalada se realiza a golpes de botiquín de la señorita Pepis- es sólo una cuestión de matiz. Los desfiles de modelos, las subastas de cuadros, son sólo el envoltorio tedioso con que se cubre una de las tendencias más huachafas del corazón humano: hacer el bien a plazo fijo delante de todo cristo.Otro aspecto preocupante del SM es el empeño con que muchos medios de comunicación, jubilosos por la llegada de los Preysler-Boyer y, más o menos simultáneamente, de Philippe Junot, a folgar unos días en estas tierras, han presentado estas visitas como un triunfo del enemigo del Sur. "Cambian Marbella por Mallorca", exultan. Y mí se me ponen los pelos de punta. Con todo, ya he dicho que el SM sólo asoma fugazmente, y el resto es esa calina chicha mezclada con un aire de distinción que caracteriza el verano mallorquín.Pero esa foto de ayer, esa imagen de las fuerzas vivas junto al más vivo de todos los fuertes, acaso, unida a las que hemos ido recogiendo en las últimas semanas, ¿no predisponen a cualquier mujer bien educada a recuperar la faja, el rosario de su madre, y hasta la virtud, si es que la hubiere? No me digan que lo que viene es el futuro.

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