"Es difícil hacer un híbrido a través de cheques bancarios"
Fue el personaje sin discusión de la pasada Liga. Resucitó un equipo muerto, calmó al presidente más feroz y violento de la historia del fútbol, dio rumbo a una sociedad a la deriva y, conquistó contra todo pronóstico la Liga y la Copa del Rey, el doblete, algo que no había conocido el Atlético en su casi siglo de vida. Radomir Antic tiene ahora otro desafío difícil: demostrar que ese Atlético que reconstruyó a su medida tiene cuerda para rato y que, pese a la opinión de los escépticos, puede pelear otra vez por la Liga y la Copa. Incluso por la Copa de Europa. Para él la pretemporada ya ha concluido. El Atlético abre esta noche en el Camp Nou, ante el Barcelona de Ronaldo, Giovanni, Baía y demás estrellas, en la ida de la Supercopa, la temporada 1996-97. Su particular año después.Pregunta. Al concluir la temporada pasada, la de sus éxitos, dijo cosas como que su modelo sería imitado por todos. ¿Su pronóstico se ha confirmado? ¿Le han copiado?
Respuesta. No lo sé, no tengo constancia de todos los equipos. En cualquier caso, hay una cosa que, al menos los llamados grandes, no nos han podido copiar: la tranquilidad que nos caracteriza. No la pueden conseguir porque han vivido muchas discrepancias por situaciones diarias. Nosotros no dependemos de un partido, de un entrenamiento, de un día. Nuestra tranquilidad nos garantiza la regularidad.
P. Pero usted, entonces, se refería a que su modelo de juego se iba a imponer en el panorama futbolístico.
R. Los sistemas finalmente dependen de las plantillas de las que dispones. Pero las dos competiciones importantes que hemos visto recientemente, tanto la Eurocopa como los Juegos Olímpicos, han demostrado que se han impuesto los sistemas tácticos aplicados por nosotros el año pasado. Las dos competiciones demostraron un fútbol de alto ritmo, con mucha presión y con pocos espacios. Es lo que caracteriza el fútbol actual. O aceptas esta forma de jugar o tienes pocas posibilidades de triunfar.
P. En esos grandes torneos el fútbol bajó de calidad. La gente se aburre.
R. No, todo lo contrario. No se ha bajado la calidad. El fútbol evoluciona. Hay más preparación, más competitividad. El fútbol es un juego de hombres donde las chiquilladas no tienen lugar. De todas formas, todos estos fichajes que se han realizado este año garantizan espectáculo. Y la polémica, porque se va a medir continuamente si las estrellas rinden según su precio.
P. Los clubes han pasado de apostar por los entrenadores que proclamaban el espectáculo a hacerlo por los que defienden un juego más sólido. ¿Se han notado durante la pretemporada los efectos de esa tendencia?
R. Lo que se ha notado en esta pretemporada con respecto a la anterior es que ya no tenemos comentarios de reparto de esfuerzos. Eso se perdió por el camino. Ya nadie habla de los esfuerzos, pero esta Liga es la misma que el año pasado, con 22 equipos. Con más tensión si cabe, porque son cuatro los equipos que van a bajar, y puede que hasta cinco. Pero ahora, en lugar de repartir esfuerzos, los equipos buscan tiempo para: acoplarse. De una frase que a nosotros no nos afectó hemos pasado a otra que tampoco nos afecta. La nueva frase del verano es "necesitamos tiempo".
P. Ya que inicia las alusiones a sus directos rivales por el título. ¿Le parece admisible que después de lo que se han gastado en fichajes sus entrenadores todavía echen en falta jugadores y pidan más refuerzos?
R. Hay que creer en la opinión de los entrenadores. Son ellos los que mejor pueden valorar el equilibrio en sus plantillas. No es suficiente que uno marque goles si otro no defiende correctamente. Y no es suficiente que uno defienda correctamente si no marca goles. Esto es un juego colectivo. Quizá ellos descubrieron carencias en unas plantillas que no participaron en formar.
P. ¿Pero entonces estos equipos ficharon por fichar?
R. No sé, pero desde luego provocaron una cosa anómala. Nunca hubo mayor oferta ni mayores precios que después de la sentencia Bosman. Esto no encaja con las leyes económicas. Siempre la gran oferta ha bajado los precios. Aquí ha sucedido algo muy difícil de explicar.
P. El Atlético, en cambio, se ha mantenido al margen de esa moda derrochadora. ¿Por qué?
R. Nosotros seguimos una línea que nos dio buenos resultados la temporada pasada. Prolongar contratos de jugadores y discutir lo que tenemos y lo que no. Nuestros fichajes han sido bien realizados, elegidos entre varias alternativas, pero con apuestas muy exactas y criterios muy claros. Con las nuevas inversiones se han buscado alternativas que no perjudicaran lo que ya había.
P. ¿No será que faltó liquidez para competir en el mercado?
R. No. Nunca fuimos a lo loco hacia el mercado. Sentarnos a negociar nos benefició. Todo el mundo sabía que el Atlético ya tenía buena plantilla. Y luego, hubo un cambio radical con respecto al año anterior. Antes había jugadores que dudaban si venir o no, y ahora hay muchos jugadores que quieren venir a jugar aquí.
P. El Atlético no se ha favorecido de la ventaja de poder contratar comunitarios. No tiene ninguno.
R. No, aunque a mediados de septiembre ya estarán nacionalizados Simeone y Esnáider. Tampoco tuvimos necesidad.
P. Lo cierto es que los fichajes de los demás son para asustarse, ¿no?
R. No. En un principio, parecía que todos ellos ya habían ganado la Liga. Pero a medida que avanza el tiempo ya se conforman con menos. Hasta el segundo puesto es bueno. El fútbol es así: es difícil hacer un híbrido a través de cheques bancarios.
P. ¿El Atlético, ahora que España puede acudir con dos equipos a la Liga de Campeones, se conforma también con el segundo puesto?
R. No lo sé. Sería gilipollas si dijera que sería un mal puesto. Pero vamos a pelear por el título, por todos los títulos. Además, soy optimista. Noto un ambiente de trabajo en el que la gente disfruta de su profesión. Y una serenidad muy beneficiosa. Y un colectivo en el que cada uno individualmente es capaz de sacrificarse por los demás. No hay empresas privadas dentro de este grupo.
P. Durante la temporada anterior, su política fue ir día a día y no marcarse metas demasiado lejanas. Este año, tras el bicampeonato, va a ser imposible evitar que la gente piense de antemano en el título.
R. El Atlético sigue disfrutando de sus éxitos del año pasado, pero si reflexionamos un poco, la historia del Atlético no te obliga a ganar el título todos los años. Mi filosofía de trabajo seguirá igual: ir a diario. Y nadie me va a someter a una presión añadida.
P. ¿La Liga de Campeones no es una presión añadida?
R. Para nosotros es un orgullo participar en la Liga de Campeones. Reconocemos que no estamos frecuentemente por Europa y, por eso, esta oportunidad es todo un desafío. Nuestra forma de comportarnos es de alta competición. Vamos a ver si lo demostramos también frente a unos rivales más duros.
P. ¿Tendrá el Atlético otra vez una alineación fácilmente memorizable?
R. Más o menos, sí. No hay por qué cambiar.
P. Por lo visto en la pretemporada, ¿hay algún equipo en concreto al que temer? ¿Madrid, Barcelona, Valencia...?
R. Tenemos respeto a todos. Pero todos ellos coinciden en una cosa evidente: mucha necesidad. Y sus inversiones realizadas no permiten bajo ningún concepto excusas. Eso es una realidad y una presión añadida que van a tener todos esos equipos que han pasado por taquilla este verano.
P. ¿Coincide con Capello en que en España se toma demasiado en serio la pretemporada?
R. Se le da una importancia de acuerdo con las promesas vendidas. La pretemporada ha sido atípica por inversiones, por estrellas, por muchas opiniones creadas. Si asumimos que ésta es la mejor Liga, hay que exigir.
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