Un mes a las órdenes de Capello

Mijatovic caminaba casi a rastras por el vestuario de Anoeta camino del autobús que le llevaba al hotel después de jugar contra la Real Sociedad cuando un periodista le abordó. "Lo siento, perdóneme, pero no puedo contestarle. Estoy tan cansado que no puedo ni pensar. Mañana le atiendo con mucho gusto". El periodista, mirando el rostro exhausto del jugador, supo que no era una excusa más para escabullirse de la prensa. Mijatovic se confiesa espeso estos días, pero no es el único futbolista del Madrid que se encuentra en este estado de agotamiento.Davor Suker dice que las piernas le pesan como nunca: "Es como si tuviera cinco kilos de más en cada una". El croata siente en su musculatura todo el peso de la pretemporada. "Necesito muchas siestas", reclama. Algo parecido le sucede a Clarence Seedorf. "¿Está contento en el Madrid?", se le pregunta al holandés. "Sólo quiero comer y dormir", responde. Las tres estrellas del Madrid coinciden en que con muchas horas de sueño brillará como se espera.

El látigo de Capello funciona desde el primer día. El equipo salió del estadio Bernabéu tras su presentación a la una de la madrugada y seis horas después estaba en Suiza. Del aeropuerto a entrenarse. En el club se había preparado un vueIo para las doce de la mañana, pero el técnico decidió que no se podían perder horas. El cambio de billetes le costó al Madrid cerca de ocho millones.

Desde que el Madrid regresó de Suiza, los viajes han sido continuos. Elche, Gijón, Málaga, San Sebastián y Bilbao han sido los destinos, queda Barcelona. Los jugadores van del aeropuerto al entrenamiento, luego un rato al hotel y de ahí a jugar. Capello no perdona el trabajo en el campo ni los días que hay partido. El tiempo que permanecen en el hotel también lo dedican a vídeos y charlas. Así que cuando queda un rato libre en la concentración es raro ver a un madridista por el vestíbulo del hotel, todos están en la cama.

Con tanto cansancio acumulado, los madridistas no tienen tiempo para quejarse de otras cosas. Se, han acostumbrado a prescindir del teléfono móvil, a ser puntuales al máximo y a seguir una estricta dieta que de momento no incluye la carne ante la protesta casi general. Pero ni por eso Roberto Carlos ha perdido las ganas de cantar y aún saca fuerzas para entonar una samba por los pasillos.

Fabio Capello está seguro de sus métodos y satisfecho por como la plantilla asimila su trabajo. No le preocupa el cansancio. Cree que este esfuerzo dará su fruto cuando se inicie el campeonato. Con lo único que no está satisfecho es con tantos aviones. Pero Lorenzo Sanz advierte: "La pretemporada fue aprobada por Capello cuando llegó".

Alfonso del Corral, jefe de los servicios médicos del Madrid, acompaña al equipo. Él como nadie sabe del esfuerzo físico de los jugadores. "El proceso de recuperación muscular lleva un tiempo, pero creo que en los primeros días de septiembre se notará una gran mejoría. El músculo se habrá recuperado", dice.

La mano de Capello se nota también en otras parcelas del equipo. Sus ayudantes, Di Blasi, Galviati y Balestra, tienen prohibido hacer declaraciones. El único que habla es el jefe. José Martínez, Pirri, el manager del equipo, viaja siempre con la plantilla al igual que Miguel Ángel, ahora entrenador de los porteros. A la numerosa expedición se añade el jefe de prensa, al que incluso han uniformado como al resto de la plantilla. Es el testigo de Capello en todos los contactos con la prensa, aunque sean individuales. Eso sí, el técnico dice que no lee nada de lo que escriben de él. "Sólo me interesa la política y la prensa del corazón", argumenta.