El Barça remonta en Mallorca
Los azulgrana, finalistas tras los goles de Figo, Pizzi y Giovanni
El Barça recuperó el gol en Mallorca. El equipo de Robson remontó un tanto en frío de Valverde y se proclamó finalista del torneo de Palma. La sentencia, sin embargo, no llegó hasta el tramo final de un choque muy dividido. El Mallorca mandó en la arrancada. El Barcelona respondió después con esmero. Llegó luego una fase de juego sincopado. Y, al final los azulgrana recuperaron el mando. Las bajas y el temor a que aumentara la nómina de lesionados comportaron que Robson armara un equipo híbrido al que le faltó inicialmente un jerarca. La salida del grupo azulgrana al campo fue muy triste, y el gol se cantaba en cada acoso local. Le falta sincronización al equipo barcelonista. Tuvo que ir reculando ante un Mallorca que se plantó como un equipo de primera en la cancha.La presión del equipo de Víctor Muñoz y Pichi Alonso despedazó la línea de contención azulgrana. El Mallorca no respetó el linaje de su rival y jugó con un descaro rayando en el suicidio táctico, con una defensa de cuatro hombres en línea muy adelantada que facilitó la labor del ataque azulgrana. El Barcelona tenía el control del territorio, del balón y creó las mejores jugadas de gol, pero sus delanteros fallaron cuando parecía que lo más fácil era marcar, Figo (m. 18), Cuéllar (m. 21) y Nadal (m. 27) se plantaron totalmente libres de marcaje' ante Kike, pero no supieron resolver.
El gol mallorquinista, obra del ex azulgrana Valverde, castigó la apatía inicial de un Barça que no le tomaba la medida al torneo ni al calor de la noche mallorquina. La elevada temperatura mediatizó la actitud de algunos jugadores, como Busquets, cuyo error en el segundo minuto del partido estuvo a punto de costarle un disgusto, y de Luis Enrique, muy apagado en el primer tiempo y cargando con la cruz de marcar al serbio Stankovic, el mejor jugador mallorquinista.
Los azulgrana se fueron recuperando poco a poco y, a medida que disminuyó la presión del Mallorca, Cuéllar y Figo encontraron espacios suficientes para penetrar por las bandas. Llegó así el empate y, en la segunda parte, el tanto de Pizzi que culminaba la recuperación. Aun así, el Barça desaprovechó hasta tres opciones de gol.
Robson movió entonces el banquillo e insufló oxígeno a su equipo, muy castigado por las lesiones y la dureza de la pretemporada, cuestiones que el técnico británico ha puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones. Los cambios, sin embargo, acabaron con el control ejercido por los azulgrana y el partido se convirtió en un correcalles que provocó la ira de Robson. Entonces surgió la figura de Iván de la Peña, y Lo Pelat fabricó el tercer gol con una asistencia hacia Oscar que rubricó Giovanni.
El Mallorca, un equipo que aspira al ascenso a Primera División, se desfondó tras ofrecer muy buena pinta en la salida. Pareció un equipo aseado, bien preparado y de empaque. El grupo de Víctor y Pichi, sin embargo, se fue diluyendo con el discurrir de los minutos, aunque mediada la segunda parte estuvo a punto de forzar el empate. El Barça se mostró nueva mente muy cambiante. Tiene lapsus que comprometen la buena predisposición del plan tel. Robson evidenció, su contrariedad precisamente por la irregularidad de su equipo. Pese a corregir las posiciones tras el descanso, estuvo muy crispado durante la última fase del choque.
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