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Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
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Los caminos del Señor

El Triángulo de las Bermudas pasa por Karina¿El 'Blue Legend' podría ser real?

Mansiones lindas tiene esta isla, y el libro Casas señoriales de Mallorca muestra las mejores, más de 40, con fotos del romano Francesco Venturi y textos de Marella Caracciolo, periodista y escritora especializada en arquitectura e interiores. El impresionante volumen ha sido editado por Cartago, Juan Luis Mitjans, de Vis a Vis, y Diandra Douglas, y todos acudimos a la presentación atraídos por el señuelo de que quizá comparecería la reconciliada esposa de Michael Avido de Sexo. No fue así, pues Diandra no ha podido abandonar Santa Bárbara, en donde está cuidando la salud de su madre y, supongo, sometida a las exigencias del Insaciable. Sin embargo, no importó gran cosa la ausencia de la señora Douglas, pues lo verdaderamente hermoso del acto fue que se celebró en los jardines de los Baños Árabes, propiedad de la familia España, que cobra entrada por mostrarlos al público. A la prensa nos salió gratis el placer de disfrutar de un extraordinario rincón casi secreto, poblado ayer por los restos más longevos de excelentes familias locales. Hubo un momento en que media docena de indomables ancianas, sentadas en sillas de tijera formando batería y dándole duramente al abanico, pedían a gritos un Visconti que las repasara en travelling a los acordes de la música que Nino Rota compuso para El Gatopardo.Un poco de rancio abolengo decadente no sienta mal cuando, en plena canícula, atacan por todas partes los fantoches. Cada agosto sufre su Triángulo de las Bermudas, por donde acechan múltiples peligros, y éste no iba a ser menos. Los tres vértices grotescos que hoy nos amenazan, y que saltan sobre nosotros en cuanto abrimos despreocupadamente una revista, son: en representación de lo cutre, Roci-Hito con su bombo y su benemérito cobrador de multas por libre; a la batuta de lo cañí, Ozulín y su hermana Carmen, decidida a convertirse en la primera modelo antitetánica del mundo; y, finalmente, en el capítulo de lo sencillamente indescriptible, Karina y su novio, el arrobado Domingo Torroba. Los primeros se ganan la vida participano en eventos que ya eran espantosos sin su presencia, pero que, con ella, empeoran. No se me ocurre nada que defina mejor la pervivencia de la España negra que nacer mujer, monilla y con ganas de ser Miss Lo Que Sea, y que te toque participar en un concurso de cuyo jurado formen parte los Jurado New Age. Jesulín y su hermana no sólo comparten genes, sino una casa de los horrores cuya decoración le pondría los Douglas de punta a Diandra. Y en cuanto al singular dúo canor formado, por Karina y Domingo, les recomiendo que miren el Diezminutos último: si sobreviven al abrazo estilo depilación a la cera en que se funden, les pago un viaje a Oropesa en ensaimada de vela.

De Biescas regresaron los Reyes sobrecogidos por el dolor de que habían sido testigos, y don Juan Carlos, ayer por la mañana, aprovechó que los participantes de la regata larga -toda la noche fuera- llegaban tarde, después de haber pasado cuatro horas inmovilizados por la falta de viento. Aprovechó, decía, para dirigirse en una lancha al Club Náutico, junto con la infanta Cristina, y así dar la bienvenida a los compañeros de deporte. E iba la lancha avanzando sespreocupadamente por la mar salada, cuando pasó por delante del Blue Legend, el yate super-luxe de Javier de la Rosa, embargado por el juez para afrontar las responsabilidades civiles que se deriven del caso Tibidabo, y fondeado, en espera, en el dique de los astilleros, en donde ha recibido una limpieza concienzuda, un repintado y no sé cuántas cosas más.

Al ver que el Monarca, ajeno a la inescrutabilidad de los caminos del Señor, cruzaba el mar por delante del yate, se me ocurrió la idea de que los problemas que le crea el achacoso Fortuna se arreglarían si hubiera alguna forma de regalarle el Blue Legend, o al menos prestárselo por una temporada. Tengo que escribirle al presidente para que firme un día de éstos un decreto-ley dando las oportunas instrucciones. Para costear la gasolina bastará con que suba el precio de las cerillas.

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