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13 nombres que hicieron historia

Johnson (un récord de otro mundo), Lewis (la leyenda) , Bailey (el más veloz) o Theresa Zabell, con su segundo oro olímpico, han sido algunas de las estrellas de Atlanta

Michael Johnson es sin duda el rey de los Juegos de Atlanta. Sus 19,32 segundos en los 200 metros -récord que tardará muchos años en caer-, además de su victoria en 400, le han consagrado como el número uno. Pero hay otras estrellas, como Carl Lewis y su novena medalla de oro, que ya es leyenda, o el canadiense/jamaicano Donovan Bailey, el más veloz en los 100. Y Teresa Zabell, la primera regatista que ha conseguido dos oros olímpicos consecutivos. En total, 13 nombres que hicieron historia en Atlanta.Michael Johnson. El día 1 de agosto de 1996 -conviene recordar la fecha como aquel 18 de octubre de 1968, el día de Beamon para la posteridad- Michael Johnson corrió los 200 metros en 19,32 segundos. ¿Cómo de rápido? Más que nadie en la historia, más de lo que ninguno pudiera imaginar. Johnson batió su propio récord mundial por 34 centésimas, un bocado impensable en el mundo de la velocidad donde la erosión de las marcas se debería medir con relojes de arena. Durante 17 años, el récord mundial (19,72) de los 200 metros perteneció a Piero Mennea. Así fue desde 1979 hasta 1996, el mayor intervalo de permanencia entre las plusmarcas mundiales. Y como si la distancia de 200 metros estuviera. predestinada a poner su récord en una órbita futurista, Michael Johnson destrozó la plusmarca de Mennea y la dejó inalcanzable para los próximos años. Quizá diecisiete, otra vez. Johnson se coronó rey de los Juegos el día del récord impensable y de su segunda victoria. Dispuesto desde su derrota en Barcelona a hacer historia, Johnson ganó los 400 metros y los 200, un doblete que ningún hombre había conseguido. Su victoria tapó además el fracaso de los velocistas norteamericanos. Pero todo pasa a un plano secundario frente a la hazaña de Johnson. Los 200 metros quedan aparcados hasta la segunda o tercera generación después de Johnson.

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Carl Lewis Fue una marca normal en un concurso mediocre. Pero el salto de Lewis tuvo las cualidades que siempre han caracterizado su carrera. Cuando se hizo necesario, cuando el momento era más grande, cuando todos los focos estaban sobre él, Lewis sacó la última punta de magia que le quedaba. Llegó con 35 años, sin ninguna victoria importante en los últimos cuatro años. Cuando llegó el momento, en su tercer intento, Lewis hizo un esfuerzo por recuperar su legendario dominio en la longitud. Y lo consiguió con un salto de 8,50 metros, el mejor que había efectuado en los últimos cuatro años a nivel del mar. El salto le dio su novena medalla de oro y el reconocimiento como mejor atleta de la historia por calidad, duración y sentido de la oportunidad. Cuando los Juegos le han necesitado, Lewis ha aparecido con toda su grandeza.

Donovan Bailey. No se sabe bien si es canadiense o jamaicano. Depende del día dirá una cosa u otra, aunque su talento proceda del Caribe. Donovan Bailey encabeza la lista de caribeños por su victoria en los 100 metros y el récord mundial que consiguió en una final demorada por tres salidas falsas. Bailey no era el favorito, pero cuando llega el momento gana a todos. De eso se trata.

Michelle Smith. Durante una semana, la irlandese Michelle Smith se dedicó a colgarse medallas de oro y a contestar la campaña que se montó contra ella. Ninguna mujer irlandesa había conseguido una medalla en la historia de los Juegos. Hasta que llegó Smith y ganó tres de oro y una de bronce. Varios entrenadores y nadadoras estadounidenses deslizaron que las victorias de Michelle Smith estaban trampeadas por el uso de drogas. Decían que era imposible una progresión semejante en una nadadora que había pasado despercibida hasta los 25 años. Smith, que dijo que había pasado ,más controles en un mes que las nadadoras americanas en cuatro años, salió limpia de todas las pruebas de dopaje y con la colección de medallas más celebrada de Irlanda.

Kelly Strug. La medida de la popularidad de un atleta en Estados Unidos se advierte en las Cubiertas de las cajas de cereales Whities.La protagonista de la próxima campaña publicitaria es una muchacha de 18 años, con un historial académico sembrado de matrículas de honor. Kelly Strug se llama y apenas nada se sabía de ella hasta que protagonizó el triunfo del equipo de gimnasia estadounidense en la categoría femenina, el primero en la historia de los Juegos. Con un tobillo dislocado, aseguró la medalla de oro en un salto que figura entre los momentos más inolvidables, más nacionalistas y más sentimentales de los Juegos.

Naim Suleymanoglu. Se le puede considerar ya sin ningún género de dudas el mejor levantador de pesos de la historia. A sus 22 títulos mundiales en tres categorías diferentes (los 56, 60 y 64 kilos de peso corporal) y 21 europeos, ha sumado sus tercer título olímpico consecutivo en Atlanta, tras los de Seúl 88 y Barcelona 92, y dos récords mundiales más. Nadie lo había logrado antes. A sus 29 años, sus 1,53 metros de estatura para 63,900 kilos de peso volvieron a ser gigantes. Este pequeño hércules hecho para la halterofilia dice que continuará su carrera deportiva hasta Sydney, pero difícilmente podrá seguir haciendo más historia. Aquí ha ganado por la mínima al griego Valerios Leonidis, su sucesor. Naim sólo ha perdido dos veces en competición en 19 años, todo un prodigio.

Alexander Karelin. El más grande de la lucha es también el más grande de los luchadores que han participado en los Juegos. Invicto desde 1987, ha sumado su tercer título olímpico en la máxima categoría- de los 130 kilos de grecorromana. Su rival, el norteamericano de origen árabe Siamak Ghaffari, cedió por poco en la final, apenas una sola proyección, pero ya fue un mundo. A punto de cumplir el mes que viene los 29 años, ha sumado ya, además de las tres medallas de oro olímpicas, seis campeonatos del mundo y seis de Europa.

Fu Minxia. La escuela china de saltos domina de forma aplastante en su parcela femenina desde hace más de 10 años. En la masculina, también, después de la retirada de Greg Louganis. Quien se llevó los dos oros esta vez en las dos pruebas fue la estrella asiática más brillante, Fu Minxia, una auténtica malabarista del aire con su pequeño cuerpo de 1,58 metros de altura y 57 kilos de peso. Vencedora en Barcelona en los 10 metros, ha repetido en Atlanta y también se ha llevado el trampolín de 3.

Steven Redgrave. Al estilo de Carl Lewis, este británico pasará ya a la historia como el primer remero que gana cuatro medallas de oro olímpicas. Redgrave empezó ganando su primer oro en Los Angeles 84 en el cuatro con timonel, siguió en Seúl en el dos con timonel, y ha repetido en Barcelona y en Atlanta ya en el dos sin timonel. Heredero de las viejas tradiciones del pionero remo británico, su potencia desde los1,96 metros y 102 kilos que le contemplan aún se mantiene a los 34 años.

Theresa Zabell.. Es la primera regatista que consigue dos títulos olímpicos consecutivos, pero no ha sido porque ha sido la mejor en las regatas de los Juegos. Theresa Zabell no es como el lanzador de disco norteamericano Al Oerter, que desaparecía en las olimpiadas (el espacio de cuatro años que hay entre los Juegos Olímpicos) y sólo se ponía a punto para ganar los títulos. Así logró cuatro consecutivos y es su única (y enorme) gloria. Theresa no. Ella es la mejor del mundo desde hace cinco años en que ganó su primer título en la clase Europa. Después, ya en la 470, ha arrasado.

Den Yaping. China ha vuelto a ganar de forma aplastante el tenis de mesa y una figura ha destacado especialmente, la ganadora femenina, Deng Yaping. Campeo na olímpica ya en Barcelona en individuales y en dobles (con Qiao Hong), ha repetido en Atlanta. Empezó a jugar a los 10 años en el deporte nacional chino y su habilidad con la raqueta es pareja con su movilidad y potencia. Mide 1,50 metros y pesa 56 kilos.

David Doullet. No ha ganado dos títulos de judo en Atlanta, porque el programa olímpico sólo tiene la categoría de más de 95 kilos. No se disputa la abierta a todos los pesos, como sucede en los campeonatos mundiales. El francés David Douillet es el mejor judoka de la actualidad y por eso tuvo más mérito que sólo ante él perdiera Ernesto Pérez, la brillante plata que abrió el medallero español el primer día.

Lilia Podkopayeva. La campeona mundial y europea de gimnasia artística se confirmó como la mejor al ganar también el título olímpico absoluto y el de suelo. Lilia Podkopayeva fue la única gimnasta que consiguió dos medallas individuales. Podkopayeva volvió a mostrarse la más segura en todas su actuaciones. Mientras las demás fallaban, ella podía no brillar, pero cumplía. Es también su experiencia, pues el próximo día 15 cumplirá ya los 18 años, una edad casi prohibitiva en la tremenda criba que produce el circo infantil en que se ha convertido la gimnasia artística femenina.

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