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La tristeza de Julia Vaquero

Ocho kilómetros haciendo de locomotora en la final para después hundirse, casi media hora corriendo al borde del abandono porque el flato la encogía, una competición que afrontó sintiéndose traicionada por la que luego sería campeona, Fernanda Ribeiro (Portugal), con quien había pactado relevarse en el mando de la carrera para ir eliminando rivales. Fue el día más amargo de Julia Vaquero, que llegó a la final de 10.000 metros de puntillas, pero con la seguridad de que iba a hacer algo grande. Era la atleta revelación del equipo español tras batir esta temporada dos veces el récord de 3.000 metros, tres el de 5.000 (por más de un minuto) y una el de 10.000.Pronto el flato atenazó a Julia Vaquero. En cuanto veía que el ritmo bajaba, se ponía en cabeza y que la siguieran. Ribeiro llegó varias veces a su altura, avanzaba medio metro, pero no tiraba con energía. "Pensé que lo mismo se encontraba peor que yo, pero cuando al final vi que tenía fuerzas hasta para ganar en la última recta a Junxia Wang, me decepcionó. No había querido tirar, como habíamos pactado", dijo Vaquero.

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En las tres últimas vueltas, Vaquero conoció el infierno. Iban ocho en cabeza. No podía más, pero abandonar, nunca: "Hubiera sido traicionar a los que confiaban en mí y desperdiciar un año de trabajo. Tenía que llegar y luchar por no perder ni un puesto".

Estalló la carrera, porque Ribeiro -la campeona mundial- y Wang -la plusmarquista mundial- comenzaron a disputarse la victoria. Vaquero, octava, era la última del grupo, cada vez a mayor distancia. Se quedó con una japonesa y entablaron un duelo en el que pareció irles la vida. Se quedó a sólo tres segundos del récord de España (31.24 minutos).

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