223 pasajeros de un vuelo Madrid-Atenas, varados 28 horas en Barcelona
Los 223 pasajeros del vuelo AO250 de Madrid a Atenas han tenido un amargo comienzó de vacaciones. Una breve escala en Barcelona se convirtió en un suplicio de más de un día: el avión de la compañía griega Olympic Airways, con el sistema hidráulico de una turbina averiado, no logró levantar el vuelo hasta las 19.30 de ayer, 28 horas después de su aterrizaje, con sólo 28 pasajeros. Después de horas de incertidumbre, abandono y nerviosismo, 11 más se quedaron en tierra, y los demás aceptaron volar a Atenas con otras compañías.Todo empezó cuando el avión aterrizó en Barcelona para "recoger más pasajeros", según indicó el comandante por la megafonía. Una vez en las instalaciones del aeropuerto, y tras más de seis horas de espera, los viajeros fueron avisados de que el avión no podía despegar por motivos técnicos. "Estábamos como perdidos. No sabíamos qué pasaba, ni cuándo volveríamos a embarcar", comentaba ayer una de las afectadas. Después de la larga espera, los 223 pasajeros decidieron invadir la sala vips del aeropuerto. Eran las diez de la noche. "No fue hasta la una de la madrugada que nos llevaron a un hotel", continuó.
Los afectados sólo pudieron pasar tres o cuatro horas en el hotel. A las seis de la mañana los recogieron para llevarlos de nuevo al aeropuerto y salir hacia Atenas a las ocho. No fue posible. El avión volvió a presentar pérdidas del sistema hidráulico de una turbina. "Han jugado con nuestras vidas. ¿Cómo nos pueden dejar embarcar en un avión que todavía presenta fallos técnicos?", comentaba uno de los 11 pasajeros que decidieron regresar a sus casas ante el caos y la falta de organización.
No fue hasta las diez de la mañana cuando el ejecutivo de servicio se acercó. a los pasajeros para dar explicaciones. Un pasajero decía: "El bufé prometido era un simple bocadillo, y las llamadas gratis, una mentira". A mediodía de ayer, la mayoría de los pasajeros que viajaban con agencia fueron incluidos en vuelos alternativos vía Londres, Amsterdam o Roma. El resto, 28 pasasajeros, esperó hasta las siete y media, hora en que volvieron a embarcar.
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