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Síndrome de abstinencia del poder

El ex presidente del Gobierno Felipe González afirma que tenía un "inevitable" síndrome de abstinencia del poder, en una entrevista publicada ayer por el diario mexicano Reforma. No obstante, matiza sus palabras: "Cuando uno ve que algo se podría hacer de manera distinta y que uno cree que es mejor, naturalmente sufre una gran tensión, pero no tengo una gran añoranza ni siquiera una pequeña añoranza del poder", dice el ex presidente.

Felipe González asegura que tras dejar la jefatura de gobierno llena su tiempo "con más sosiego", aunque tiene "muchas responsabilidades" como líder del PSOE. Además, confía al diario mexicano que nunca dejó el placer de la lectura, ni siquiera cuando estaba "muy agobiado con la tarea de Gobierno".

El líder socialista también defiende al ex presidente mexicano Carlos Salinas. Y asegura que él mismo será "el primer político que rompa una lanza en favor del esfuerzo de modernización que hizo el presidente Salinas", a quien se culpa, entre otras cosas, de la crisis económica que estalló en México en diciembre de 1994, 20 días después de que entregó el cargo a Ernesto Zedillo.

En opinión de González, en 1994, en el último año del gobierno de Salinas, "tiene todo el aire de que hubiera habido algunos factores que coincidieron extrañamente" con cosas que sospecha que "pudieron pasar", pero que no las quiere decir "por respeto a México".

En enero de 1994, irrumpió la guerrilla zapatista; en marzo, fue asesinado el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio; en septiembre, también mataron al secretario general del PRI, Francisco Ruiz Massieu; y el 20 de diciembre se devaluó el peso frente al dólar y se inició la crisis.

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