Sabor cubano, podio español
Taymí Chappé aspira a medalla en la prueba femenina de espada
Ha empezado a pesarle la responsabilidad de que todos digan: "Tú eres una de las opciones más seguras de medalla y no sólo en la esgrirna". Pero Taymí Chappé lo ha asumido con la misma fuerza que la llevó en 1992 a dejar su país, Cuba, y venirse a España con un matrimonio que salió mal, pero que le permitía tener nuevos horizontes deportivos y personales. El más cercano ahora es lograr la primera medalla olímpica de un deporte que ha ganado títulos en todas las grandes competiciones, pero al que le falta el espaldarazo de los Juegos. Sería, además, en espada, arma que debuta en mujeres.Campeona panamericana júnior en 1988 y absoluta en 1989, año en el que también fue subcampeona mundial universitaria; campeona del mundo en 1990 y de nuevo panamericana en 1991 en su ciudad, La Habana, y por su país de nacimiento, Cuba. Taymí era una estrella mundial de la esgrima en la nueva modalidad femenina de espada. Pero sus logros en la isla empezaban a quedarle pequeños.
Las ansias de mejorar terminaron por convertir a Chappé en española y en colaborar de forma decisiva a que el equipo español ganara el título mundial en 1994. Ella fue séptima, pero su recuperación en la élite era un hecho. Por eso ganó la Copa del Mundo de 1995 y sólo la mala suerte, un 15-14 ante la china Yang Jing, la apartó de la lucha por el título mundial y luego arrastró al equipo a no clasificarse siquiera para Atlanta. En La Haya, en cambio, fue quinta Rosa Castillejo, la otra gran tiradora española que en cualquier momento puede dar también el salto al podio.
Taymí se ha recuperado de un problema que tenía de rodilla y según su entrenador, Manuel Pereira (ex campeón mundial), tiene siempre la capacidad' de lograr medalla, aunque la igualdad entre las mejores no permite fallos.
La húngara Nagy, sobre todo, junto a las francesas Barlois y Flessel, o la polaca Jakimiuk, campeona mundial, serán sus principales rivales, aun que la mayor quizá sea ella misma.
Taymí si consigue encauzar todas sus ganas de triunfo con el orgullo y la fuerza que la caracterizan, será temible y capaz de todo. Incluso de ganarle a su padre, Pedro Chappé, medalla en baloncesto en los Juegos de Múnich 72, el reto de que siempre le dice: "Eres campeona del mundo, pero no tienes una medalla olímpica".
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