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TOUR 96

Telekom, la soberbia de la euforia

Carlos Arribas

Todo el mundo recuerda estos días que el año pasado sólo medio Telekom pudo participar en el Tour. Sólo su fiable sprinter Erik Zabel (ganador ya de dos etapas, la tercera y la décima) y los recuerdos del viejo Olag Ludwig les abrían algunas puertas. Eran un dinosaurio, los representantes de un ciclismo en vías de extinción, los rodadores culo gordos que se iban quedando en las cunetas. Un equipo que se vio forzado por los organizadores a compartir su participación en aquel Tour con el ZG. Y de repente, zas, líderes en todas las tablas del Tour, el amarillo de Bjarne Riis, el verde de Zabel, el mejor joven (Jan Ullrich) y la general por equipos. ¿Qué terremoto ha ocurrido? "Simplemente hemos fichado un líder", responde su director, el veterano clasicómano belga Walter Godefroot. "Ahora los corredores van más motivados".Un líder veterano con aristas de Tour, Bjarne Riis, y, podría añadirse, un joven revelación, Jan Ullrich. Con sólo dos ingredientes, un equipo al que reducen el presupuesto inexorablemente año a año es el más envidiado de todos los que están en la ronda francesa. Y, quizás, odiado. Es la zona marco del ciclismo, una idea que quiere jugar en este deporte el mismo papel que Alemania en la construcción europea.

"Sólo dejan migajas"

"Son unos soberbios", dicen los rivales. "Se les seca la boca de ansia. Lo quieren ganar todo", agregan. Dice la sabiduría de años y años de Tour que ése es un mal camino. Que, cuando uno está bien, es fácil pensar que nunca va a necesitar la ayuda de nadie, pero que si sólo deja las migajas a los rivales, mal lo van a tener en los momentos difíciles."Es que mis corredores están eufóricos. Todo les sale bien y es difícil pararlos", se disculpa Godefroot. Esa euforia, confundida con soberbia, es el punto débil del equipo, opinan los rivales: creen tener más fuerzas de las reales, y eso lo pagarán cuando tengan que defenderse. O el aprendizaje del Tour que les falta.

Ellos piensan sobreponerse a ese posible déficit apelando a la estructura y la jerarquía. Se ven capaces de ganar el Tour con Riis y, al mismo tiempo, etapas con Zabel (lleva dos) dividiendo sus fuerzas de sólo ocho corredores (abandonó Mario Kummer): dos, para el maillot amarillo en la montaña (Ullrich y Udo Bolts) y dos para Zabel (Christian Henn y Rolf Aldag); los otros dos (Jens Heppner y el danés Brian Holm), para todos. Y hasta Riis lanzándole los sprints a Zabel. "Es un chaval que lo merece", dice el danés.

"Acabarán pagando el despliegue", pronostica, o desea, Miguel Induráin. "Déjalos", dice Sandro Quintarelli, director del Carrera. "Los alemanes llevan tanto tiempo sin pintar nada, que ahora todo les parece poco".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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