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El Ejército ruso rompe la tregua y bombardea a los rebeldes chechenos cerca de Grozni

Las tropas rusas recurrieron ayer a la aviación y a la artillería para aplastar a un grupo de 70 guerrilleros en Guejí, a unos 30 kilómetros al suroeste de Grozni, la capital chechena. Estas acciones marcan el fin de la tregua que estaba en vigor desde, antes de los comicios presidenciales rusos y aparentemente demuestra lo que ya se temía: que el alto el fuego y los acuerdos firmados por el Kremlin con los separatistas perseguían un fin coyuntural, o sea, no tener una guerra en plena campaña electoral, ya que ello podía disminuirlas posibilidades de victoria de Borís Yeltsin.

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En la operación contra los bandidos, como los rusos llaman a los independentistas chechenos, perecieron al menos seis ,soldados de las tropas, federales, según el general Vladímir Shamánov. "Tropas del Ministerio del Interior, la aviación y la artillería participaron en la eliminación" de los guerrilleros, dijo Shamánov ayer en Grozni, antes de agregar: "No estamos dispuestos a soportar más provocaciones" por parte de los independentistas chechenos.Horas antes, Viacheslav Tijomírov, comandante de las fuerzas federales en Chechenia, había acusado a los separatistas de haber atacado las posiciones de las tropas rusas. "Estamos decididos a combatir de la manera más enérgica a los bandidos" declaró Tijornírov, quien anteayer presentó un ultimátum, a los independentistas para que liberaran a todos los prisioneros en su poder.

Los guerrilleros respondieron a la ofensiva de los rusos con la amenaza de ajusticiar a los cientos de prisioneros rusos que tienen en su poder. "El mando de la dirección noreste de las fuerzas chechenas anuncia oficialmente que si las tropas rusas realizan provocaciones contra la población civil y vuelven a comenzar sus ataques, todos los prisioneros de guerra serán fusilados inmediatamente", advirtió el portavoz de los independentistas, Movladí Udúgov.

Utimatum

Los separatistas piensan que el ultimátum de Tijomírov se debe a que "por lo visto, de la lista de 1.500 chechenos prisioneros de los federales, no queda ninguno con- vida y por eso ya no tienen pon quién canjear a los soldados rusos" en poder de los guerrilleros.En Grozni se espera la reanudación de la guerra y por eso, a partir de hoy, en toda la república norcaucásica va a regir el toque de queda desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana. En la capital chechena, se clausuró desde las seis de la tarde de ayer el aeropuerto Séverni y se prohibió la entrada a la ciudad del transporte rodado.

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El feroz asesinato del jefe de comunicaciones del Ministerio del Interior checheno, Víktor Záitsev, ha contribuido al nerviosismo reinante en Grozni. Záitsev y otros dos policías fueron capturados el lunes por la noche en el piso del primero, sometidos a tortura y después, quemados. El ministro del Interior del Gobierno prorruso, Jamid Inálov, se apresuró a culpar a los separatistas de estos asesinatos.

El presidente ruso, Borís Yeltsin, trató ayer con el primer ministro, Víktor Chernomirdin, la situación en la república secesionista y llegó a la conclusión de que "se ha complicado últimamente debido a los frecuentes casos de ataques [guerrilleros] contra los soldados" rusos. "En este contexto, en particular, fue examinada la situación creada debido a la provocación armada de hoy contra las fuerzas federales en la región del pueblo checheno de Guejí", se dice en el comunicado oficial del servicio de prensa después del encuentro de ambos dirigentes.

Pocas posibilidades

El que Yeltsin acepte la versión que sobre los nuevos enfrentamientos en Chechenia dan los militares significa que hay muy pocas posibilidades de que el proceso de paz comenzado antes de las elecciones presidenciales culmine con éxito.Por el momento, se imponen las posiciones de los halcones tipo Tijomírov y Anatoli Kvaslnín, comandante del Distrito Militar del Cáucaso del Norte. Kvaslnín es contrario a cualquier tipo de negociación con los separatistas chechenos.

Mientras estos generales estén en la zona del conflicto, difícilmente podrá, haber una solución pacífica.

Y las esperanzas depositadas en un principio en el nuevo secretario del Consejo de Seguridad, el general Alexandr Lébed, se están esfumando: Lébed ha aprobado aparentemente la política de Tijomírov en Chechenia y ha apoyado al régimen títere de Grozni.

Mas de 30.000 personas han muerto en Chechenia desde la llegada de los soldados rusos, en diciembre de 1994.

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