_
_
_
_
ROCK

Fuego, destrucción y decibelios en las tres noches de AC/DC

A las tremendas bolas de hierro enganchadas a unas cadenas que se utilizan para demoler edificios, los ingleses las llaman ballsbreakers, y esa referencia han querido utilizar los australianos AC/DC para titular su último disco y sugerir cómo pueden ser los conciertos de la gira con la que recalan por tres noches consecutivas en Madrid.

AC/DC son devastadores. Las entradas para hoy y mañana están agotadas desde hace meses, pero aún quedan para el jueves. Tal fue la demanda de entradas que los australianos podían haber trasladado su concierto a un gran estadio. Pero como lo que les gusta es tener a la gente más cerca para sentir cómo se sobrecogen a cada golpe escénico o de decibelios, han preferido repetir en un lugar tan abarcable como la plaza de toros.Los madrileños podrán así disfrutar mejor de un espectáculo sobrecogedor. Angus Young, el líder carismático de la banda, se pasea con sus pantalones cortos de colegial de un lado a otro del enorme escenario (más de 30 metros de ancho por, 20 de fondo y casi tres de altura) empuñando de forma convulsiva su guitarra salvaje, de la que extrae los más imposibles riffs. La descarga de decibelios (12.000 vatios) envuelve una enorme ciudad clásica de cartón piedra que van destruyendo las ballsbreakers que penden de la bóveda central del escenario y que sobrevuelan las cabezas de las primeras filas.

Uno de los momentos de mayor efecto se produce cuando suena Las campanas del infierno (Hell's bells) y Brian Johnson, el cantante que sustituyó en 1980 al malogrado Bon Scott, se juega el tipo subiéndose a una enorme campana.

El concierto de AC/DC se inicia a los compases de Back & black, una de sus piezas más clásicas, y simula que termina, después de 18 canciones, cuando se difuminan los acordes del célebre Let there by rock. Nunca han conseguido quedarse en el camerino con sólo esa tanda, y se produce tal estruendo entre el público cuando parece que se van que no les queda más remedio que volver al escenario. Es parte del rito. Quieren repetir, y así justifican que salgan con mucha más fuerza si cabe.

Entonces se produce el delirio: suena la canción más famosa de todo su repertorio, Highway tou hell, que por mucho que haya sido versioneada por los artistas más dispares, desde Siniestro Total a James Taylor Quartet, nadie la interpreta con mayor crudeza que los propios australianos. Como en directo es mucho más larga y agotadora, AC/DC se retiran definitivamente con otra más, For those about rock, y no vuelven al escenario por mucho que grite la parroquia. No pueden agotarse.

Un masivo y espectacular efecto pirotécnico, que se añade al despliegue exagerado de cañones de luz, completa un espectáculo en el que trabajan más de 60 personas.

Toda su trayectoria

En medio de esta destrucción y caos, AC/DC repasan durante dos horas toda su trayectoria de más de 20 años en el rock duro, ajeno a modas, y presenta media docenas de temas de Ballbreaker, su último disco. Las tres noches de Madrid serán aprovechadas por AC/DC para grabar su próximo vídeo comercial, pues reconocen que en ninguna otra ciudad de su gira han tenido la acogida que aquí se les ha dispensado, y ésa es su manera de agradecerlo.La diversión comenzará una hora antes de que los australianos inicien la destrucción. El cuarteto británico The Wildhearts servirá, durante tres cuartos de hora, su poderoso pop. No son tan duros como AC/DC, pero sí igual de energéticos, y sus canciones de estribillo corto y pegajoso recuerdan la fracción más rockera de los grupos ingleses de la nueva ola de los ochenta. Fishing Ford Luckies, su tercer y reciente disco, es una prueba de ello.

AC/DC + The Wildhearts hoy, mañana y pasado mañana en la plaza de toros de Las Ventas (metro Ventas). 20.00, apertura de puertas; 21.00, The Wildhearts; 22.00, AC/DC.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_