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Reportaje:

Al límite en la subida

Las curvas de la Dehesa de la Villa se tornan en un circuito de rally para 31 coches

Chirridos de neumáticos, curvas a tres ruedas, acelerones que dejan una estela de polvo y humo. La tranquilidad que reina en el parque de la Dehesa de la Villa se vio ayer quebrantada por la octava edición del rally Subida a la Dehesa de la Villa. La Federación de Automovilismo de Madrid (FAM) reunió ayer a 31 competidores. Tres tipos de vehículos participaron en la subida. Unos eran coches de serie con el motor trucado para dar más caballos en las aceleraciones y con la amortiguación más baja para aumentar la adherencia al asfalto. Otros, vehículos de fórmula 3, con alerón trasero para sujetar el posible derrapaje de las ruedas traseras (donde está la tracción del motor en estos vehículos), y por último, también corrieron dos camiones de competición de velocidad.Tanto unos como otros sorprendieron a los cientos de madrileños que presenciaron la carrera. "¿Has visto? ¡Ese coche se ha puesto a tres ruedas en la curva!", le gritaba al oído un joven a su amigo porque el ruido que metía el Citroen ZX en la aceleración de salida de curva no permitía hablar en un tono normal.

Algunos de los espectadores eran vecinos de la zona, y se encontraron con la carrera cuando paseaban a sus perros por el parque. "No sabía nada, pero ya que estoy por aquí con el perro voy a quedarme en esta curva a ver si alguno se sale de la vía", bromeó un vecino con su perro.

Tres vehículos sufrieron accidentes. Uno de estos conductores era Manuel Dongil, que llevaba un Seat 124 preparado para rally. En una recta del recorrido, Dongil revolucionó tanto el motor de su vehículo que rompió la bomba del agua y el delco. En la frenada de entrada a la curva le cayó agua sobre el neumático y le hizo patinar. El coche hizo un trompo y se salió de la pista. Dongil tuvo que abandonar la competición en ese momento.

La octava edición de la Subida a la Dehesa de la Villa, ya una tradición es una prueba puntuable para el Campeonato de Rally Madrileño de Montaña. El recorrido era de casi tres kilómetros (2.950 metros), con un desnivel del 4%. Ganó Andrés Vilariño con su monoplaza modelo BMW Barqueta Norma, un coche de formula 3. Hizo un tiempo de 1 minuto 39 segundos 456 milésimas, lo que supone una velocidad media de 108 kilómetros por hora.

El segundo clasificado fue José Vicente Arnau. También condujo un monoplaza, el fórmula Ralt BMW, e invirtió 1.41 minutos, a una velocidad media de 106 kilómetros por hora. Arnau se salió en una curva y tuvo que recuperar tiempo en el resto, del trazado. Javier Martínez, con un Dallara-Alfa de un asiento, fue tercero, con 1.47 minutos, y condujo a una velocidad media de 100 kilómetros por hora. El cuarto puesto fue ya para un vehículo de cuatro plazas.

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