Fredericks gana la final olímpica anticipada
El namibio quedó en Lausana a una centésima del récord mundial de 100
El atleta namibio Frankie Fredericks ganó ayer en la reunión de Lausana (Suiza) una auténtica final olímpica anticipada de 100 metros. Sólo faltó en la cita, un ensayo general con casi todo de lo que puede repetirse en el estadio de Atlanta el día 27, el tercer norteamericano clasificado para los Juegos, Mike Marsh. En su lugar lo hizo el actual plusmarquista mundial, Leroy Burrell, eliminado en las pruebas de selección y que ayer incluso estuvo a punto de perder su récord de 9,85 segundos por una sola centésima. Burrell lo batió precisamente el año pasado en el mismo escenario, que ha pasado a ser la pista milagro de la velocidad, como hace años fue la de Zúrich con Armin Hary, el primero que corrió en 10 segundos.Fredericks, en una carrera espléndida, hizo 9.86, la segunda mejor marca de todos los tiempos como Carl Lewis en los Campeonatos Mundiales de 1991 en Tokio. Y pudo igualar la plusmarca de no haber levantado los brazos a dos metros de la meta con la alegría de verse ganador ante semejantes rivales, lo que ya era un triunfo. Y además, porque el viento soplaba ligeramente en contra, a 0,4 metros por segundo, y él no esperaba que así pudiera batirse el récord. Pero su gran Forma y la bondad de la pista se lo hubieran permitido. Sin viento, Fredericks valía anoche sobre los 9.80, un tiempo que no se recordaba desde los 9.79 del anabolizado y suspendido Ben Johnson. Lo deducible es que el récord mundial, si no cae antes, parece seguro que tendrá nuevo dueño en Atlanta.
Fredericks se ha reconvertido espléndidamente a los 100 metros. El longilíneo velocista, sin tanta musculatura como los americanos o el británico Linford Christie, se paseó por los 200 metros hasta la llegada de Michael Johnson. Y ahora amenaza más que seriamente a todos los velocistas cortos. Aún no ha decidido si correrá las dos pruebas en Atlanta, pero de elegir una serán los 100. Los 9.86 han demostrado que sus 9.87 del 25 de junio en la reunión de Helsinki no fueron una casualidad.
Ayer, le acompañaron en las teóricas medallas el también alto canadiense Donovan Bailey (9.93), campeón mundial el año pasado en Gotemburgo, y el más pequeño Ato Boldon (9.94), una bala de cañón en las salidas, que ya había hecho 9.92 este mismo año. El corredor de Trinidad es todo un heredero de Hasely Crawford, inesperado campeón olímpico en Montreal 76. Fredericks salió tras él, le alcanzó junto con Bailey a los 40 metros y se fue de ambos en un cambio de ritmo tremendo a los 70 con esas zancadas suyas de gacela tan características y que sólo parecían prácticas en el más largo doble hectómetro. Detrás, nada menos que Drummond (10.00), Christie (10.04), Surin y Burrell (10.05), y Mitchell (10.15).
A Christie, nada más anunciar que defenderá su título olímpico en Atlanta, se le han levantado ante sí bastantes muros para saltar. Un atenuante ayer fue que corrió hora y media antes una serie B, que ganó paseándose en 10.50. Pero en la carrera buena estuvo derrotado desde la salida, lo mismo que un decepcionante Dennis Mitchell, ganador de las selecciones norteamericanas. Jon Drummond, el segundo, al menos luchó hasta el último metro.
Boldon volvió a mostrar su enorme potencia menos de dos horas después al ganar los 200 metros en unos impresionantes 19.85, con 0,9 metros por segundo de viento en contra. Johnson batió su reciente récord mundial de 19.66 con viento favorable de 1,7, lo que casi iguala las marcas y prevé otro gran duelo para Atlanta. Christie, que también se probó en los 200, fue segundo a una inmensidad, 20.40.
Johnson, otra vez
Pero Johnson había elegido ayer los 400 metros, su otra gran prueba. Y fue el segundo gran espectáculo de la reunión. Con sus características zancadas a ras de suelo, bien diferentes a las de Fredericks, y en unos 250 metros finales rapidísimos, tras empezar muy lento, ganó con 43.66. Su carrera final fue de una progresión asombrosa. Esta vez quedó a 37 centésimas del récord mundial de su compatriota Butch Reynolds (43.29 en 1988), que viene peligrando desde hace bastante tiempo. En las recientes se lecciones de Atlanta hizo 43.44 y se quejó de una mala salida. Ayer, también. Pero dejó al británico Roger Black, reciente plusmarquista europeo, en 44.37. Johnson tiene los 43 segundos pelados en cartera. Los días 29 de julio (400) y 1 de agosto (200) serán sus grandes momentos de la verdad. Allí irá por los títulos, pero todo puede caer.
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