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TOUR 96

Los días mágicos de Neulot

El nuevo líder es un chaval francés amamantado en el Banesto

Carlos Arribas

Es ahora cuando Stepliane Heulot, un chaval de 24 años, vive sus 10 días mágicos -el maillot amarilllo conquistado ayer le hará esconder el tricolor de campeón de Francia logrado el 23 de junio- que aquel que corría el peligro de que se le colgara la siempre incordiante etiqueta de promesa frustrada empieza a reconocer que los años casi vacíos pasados en el Banesto le han servido para algo más que para aprender español. Heulot, ambicioso y siempre presionado por un entorno francés que le metió en la cabeza la idea de que no correr el Tour era una mala faena, declaró ayer: "Quizás tenían razón en el Banesto, si me hubieran alineado en el Tour el año pasado me habría quemado demasiado pronto trabajando para Induráin". Una buena reflexión de un ciclista que según los técnicos tiene unas cualidades, clase y potencia tremendas, pero a quien siempre le ha fallado la cabeza, la mentalidad.Un cambio notable en un ciclista que a punto estuvo de dejar el ciclismo el año pasado. AIgunos problemas familiares sumados a la contradición de que crecía más rápidamente su ambición que su propia edad hicieron que en septiembre se encontrara con paleta y ladrillos ayudando a los albañiles que le construían una nueva casa y también pendiente de criar vinos. Entonces recibió una llamada de Roger Legeay, director del Gan. "Estaba desmoralizado, ese año sólo corrí 50 días, me sentía maltratado", dijo en una entrevista reciente. Los del Banesto, sin embargo, le dan la vuelta a la tortilla. "Precisamente el mimo con que lo llevamos, no haciéndole competir mucho, es lo que ha hecho que ahora esté tan bien", dice Eusebio Unzue.

Bien está, y con una buena ventaja en el liderato, pero aun que alguno diga que puede ser el corredor revelación de este Tour, Heulot no se hace muchas ilusiones. "Los cuatro minutos que le llevo a Induráin me los resta sólo en la cronoescalada de Val d'lsere", dice. El ciclista bretón conoce bien a Induráin, a quien define como "un campeón tranquilo", no sólo por haber pertenecido dos años al mismo equipo, sino porque en la actualidad también comparte médico con el navarro. "Como con Sabino Padilla me iba bien este año me ha hecho los planes de entrenamiento. Pero no he firmado, ningún contrato con él, ni siquiera me cobra dinero", dice.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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