Perico

Tengo para mí que no liquidaré nunca mis deudas con Perico Delgado. Las etapas de la vida, inciertas en kilometraje, pero implacables, ofrecerán saldos cada día mas terroríficos contra el gran Perico que un año ganó el Tour y al año siguiente no lo ganó porque estaba de pájara. Cuento nuestros líos: lo conocí porque le hice una entrevista cuando era el ciclista más popular de España y ya apuntaba dotes de lo que es hoy y de lo que será en su día; aquella mañana, caminando por la Castellana madrileña hacia nuestro punto de encuentro, lo percibí de lejos con un aire que se me antojó de platillo volante posado en el asfalto urbano y, sin más, me confié a mi mismo: "Hoy a Perico le ha dado la pájara". Con el tiempo comprendí mi error, pero ya era tarde: ya le había hecho una entrevista / pájara que agrió mi pundonor. Esta primera deuda se duplicó porque le prometí una carta con direcciones de París donde pasar un rato de ocio con estilo... Y no le escribí: otra deuda que me martiriza mas porque él no olvidó y me mandó recado reprochándome el saldo negativo. Desde entonces vivo más y más empericado; y ahora que se ha convertido en un comunicador para la gloria sé que le debo aún mas; y nada, ni palabra. Y ayer me hundí en la ofuscación y, en el articulillo aquí mismo aparecido, sobre Induráin, ni lo cité. ¡Madre! Un día, me consuelo siempre, yo haré campaña a tumba abierta por don Pedro Delgado, director de Banesto, o del BBV, que le irá mejor, porque hacia esa meta trota su fulgurante trayectoria. Y así saldaré mi cuenta, si don Pedro no me da crédito, claro.-