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NECROLÓGICAS

Albert Broccoli, productor cinematográfico

Albert Broccoli, el productor de 17 de las 18 películas protagonizadas por el agente 007, murió el jueves, a los 87 años, como consecuencia de los problemas de corazón que arrastraba desde hacía más de dos años. Cubby fue el máximo responsable de convencer al escritor lan Fleming para que cediera los derechos de su novela Dr. No en 1962. En esa fecha, de la mano de Terence Young a la dirección y con un joven Sean Connery de protagonista, se daba por inaugurada algo más que una serie de películas de intriga capaz de recaudar en las taquillas de todo el mundo cerca de 120.000 millones de pesetas.Con esta cinta, empezaba a fraguarse la más disparatada lectura del espionaje de guerra fría. Y todo por culpa de un ingeniero agrónomo natural de Long Island (Nueva York), y emigrado a Londres en 1951, que descubriría su vocación cinematográfica contratando extras para la película The Outlaw (1943) de Howard Hughes. Él se encargaría de hacer desaparecer el toque minimalista del personaje original de James Bond para poco a poco, y renunciando a cualquier seña de carácter, convertirlo en un torpe remedo de cualquier rijoso gigoló (por momentos simpático, a ratos repelente).

Sus martinis ("sacudido, no agitado") su Dom Perignon y su coche Austin se transformaron en las marcas de identidad (cerca del cómic) de un agente tan célebre por su probada eficacia como por ser el azote del feminismo (todas estos atributos cambiarían en la última entrega protagonizada por Piérce Brosnam).

Desde la citada película hasta la recientemente estrenada Goldeneye, todas las cintas del superagente pasaron por sus manos. De hecho, Nunca digas nunca jamás (Irvin Kershner, 1983) fue el único de los ejercicios bondianos que se escapó a su influencia. Por lo demás, la labor de este productor, que se hizo con un oscar honorífico en 1982 y recibió la Orden del Imperio Británico en 1986, también alcanzó al éxito del cine infantil, escrito también por Fleming, Chitty Chitty Bang Bang (Ken Hughes, 1968). En definitiva, un productor cinematográfico atado a una frase: "Bond... James Bond".-

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