Los renovadores de Málaga ganan el principal feudo guerrista andaluz
Los renovadores se hicieron ayer con el control del PSOE de Málaga, el principal feudo guerrista de Andalucía, en un congreso extraordinario que se celebró en Benalmádena y en el que Juan Fraile, el alcalde de Ronda, se aupó a la secretaría provincial del partido tras lograr los apoyos de antiguos dirigentes guerristas y de disidentes de este sector.Manuel Chaves, el secretario general de los socialistas andaluces, se mostró convencido de que el cónclave puso fin al conflicto de sectores en Málaga y reclamó direcciones provinciales en consonancia con la ejecutiva regional y la federal, en clara alusión al inminente congreso extraordinario de Almería. En cambio, los guerristas, que no presentaron lista alternativa, afirmaron que la solución adoptada no cierra la crisis interna.
La candidatura de Fraile obtuvo casi un 72% de respaldo en el congreso, con 268 votos a favor, mientas los guerristas votaron en blanco (106 sufragios) y sólo presentaron listas alternativas al comité director y al provincial, donde lograron representación.
Oportunidad perdida
El apoyo a las tesis renovadoras no impidió que Carlos Sanjuán y Eduardo Martín Toval expusieran que se ha perdido "una oportunidad de oro" para solucionar la crisis del partido en Málaga. El primero de ellos declaró: "No puedo aceptar que digan que no han podido realizar la integración. No lo han hecho porque no han querido. Han escuchado las voces de los intolerantes con la anterior ejecutiva".Los guerristas, encabezados por el denominado Grupo de los Seis, intentaron arrancar hasta última hora un acuerdo y, al final, ni siquiera presentaron candidatura alternativa. Antonio Maldonado, alcalde de Mijas y uno de los líderes del sector, acusó a los renovadores de "sustentar la nueva mayoría desde el criterio de premiar las deslealtades y hacer caso a los intransigentes más duros". "Así han solucionado el congreso, pero no el problema del partido", agregó.
Criticaron también los guerristas la configuración de la nueva ejecutiva, "en la que aparecen muchos dirigentes que son los mismos que estaban antes, pero que ahora se han cambiado de etiqueta", en referencia a responsables que en su día estuvieron al lado de Sanjuán.
Para lograr la victoria en el congreso, Fraile se vio obligado a ceder a las pretensiones de sus aliados, que le reclamaron cuotas de poder en la dirección. Este hecho le obligó a ampliar de 36 a 41 los miembros de la nueva comisión ejecutiva provincial e incluso a crear dos vicesecretarías generales. La primera recayó en Juan Carlos Lomeña, que encabezó desde la Secretaría de Organización la fuga de guerristas hacia el sector renovador. La segunda, en Jesús Morata, uno de los militantes de la agrupación de la barriada de El Palo, la que inició el distanciamiento dentro del grupo de Sanjuán.
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