La real visita de la suerte

"Quizá tendré que invitarle para que me acompañe al Gran Premio de Canadá". Michael Schumacher quiso compartir la responsabilidad de su éxito con la presencia del rey Juan Carlos en el circuito. Antes de la carrera, el doble campeón del mundo condujo al Monarca, en un turismo, durante una vuelta alrededor del circuito de Cataluña. Era la primera vez que el Rey visitaba esta instalación, que ayer acogió por sexta vez la F-1."Hacía mucho tiempo que no veía uno de estos bólidos (la vez anterior fue en el Jarama en 1981) y me han impresionado", comentó el Rey después de ser recibido por el máximo responsable de la fórmula 1, el empresario inglés Bernie Ecclestone, quien le acompañó en su visita por los talleres de Ferrari y de Williams. También estuvieron presentes Jaime de Marichalar, duque de Lugo, y Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional. Más tarde llegó la reina Sofía. "Me han impresionado las instalaciones del circuito y Schumacher me ha dicho que es el más seguro del mundo, y eso, como español, me satisface", explicó don Juan Carlos. Luego, desafiando la lluvia, entregó los trofeos de triunfadores de la jornada al piloto alemán y al director deportivo de la escudería Ferrari, Jean Todt.

Otras 53.000 personas pasaron de la lluvia y asistieron al gran premio, una cantidad similar a la de 1995. Entre los espectadores se encontraban los dos mejores pilotos españoles del momento, Pedro Martínez de la Rosa, que corre en Japón, y Fermín Vélez, que participa en carreras en Estados Unidos. También asistió al gran premio el jugador de fútbol francés David Ginola.

A pesar de la lluvia y de la asistencia de numeroso público, prácticamente no se registraron atascos. Aparte de los normales problemas en los accesos y salidas, la jornada no ofreció ningún incidente destacado.