España se aleja del abismo y mira al cielo
España está a punto de alcanzar una clasificación histórica en la final de la Superliga, que esta tarde (de 17.00 a 19.15 horas) termina, en el estadio de La Peineta, en Madrid. Los atletas españoles, acostumbrados a formar un equipo ascensor, que un año está en la seria A y otro, en la B -descienden tres de los nueve equipos participantes-, comprueban, incrédulos que ya no miran hacia el abismo, sino que sueñan con el cielo.
Una gran clasificación en la Superliga (antigua Copa de Europa) es lo que le falta al atletismo español para consolidarse. Hasta ahora vivía de individualidades, que cada vez van siendo más numerosas y de mayor calidad, pero llegaban las competiciones por equipos y España se convertía en cola de león o cabeza de ratón. Hasta ayer.El gran capitán, Fermín Cacho, no falló en los 1.500 metros y nadie quiso ser menos. Y eso que aún no se encuentra fino, porque continúa inmerso en su preparación para los Juegos Olímpicos y acusa aún el exceso de kilometraje para mejorar la resistencia.
La victoria no fue fácil, porque se encontró, con un rival inesperado, Di Napoli (Italia), cuya actuación no estaba prevista. Este atleta es un zorro viejo, presente en cuantas finales haya en el mundo, que no cede un centímetro y que entabló, como era de esperar, un codo con codo con Cacho, que acabó mal para el italiano, porque se salió de la pista, y bien para el español, porque fue más rápido y zanjó el conflicto con un cambio de ritmo, abriéndose camino con la mano.
"Bien. Había que ganar y he ganado. Estoy satisfecho. La marca es lo de menos. Por cierto, ¿qué tiempo he hecho? ¿3.40? Fenomenal entonces porque el último paso lo he hecho en 2.45"_ Y así se quedó Cacho, haciendo valoraciones del tiempo que había realizado en la última vuelta, porque de todas las conclusiones que podía obtener de la carrera, el haber sido rápido en los últimos 400 metros (55 segundos) era la más importante de cara a su preparación olímpica.
El triunfo de Cacho no fue el único de la jornada, porque Arturo Ortiz ganó la altura, en desempate con otros tres rivales. El segundo puesto de Viciosa en 3.000 metros también supo a gloria, porque sólo cedió ante Baumann (Alemania), el único atleta blanco capaz de ganar a los corredores negros en Barcelona-92.
De los astros participantes en esta Superliga destacó Lindford Christie, soberbio y majestuoso en los 100 metros. Pese a su sensacional estado de forma (10.04 segundos), no desveló si va a competir en los Juegos: "Tendrán que esperar a la próxima competición si quieren saberlo", dijo a los periodistas.
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