"No importa quién gane"
Martin McGuinness, de 46 años, número dos del Sinn Fein, rama política del Ejército Republicano Irlandés (IRA), destaca como un actor de- cine entre los rudos encargados de prensa del partido presentes en la entrevista, que se desarrolla en la oficina que los republicanos tienen en Londonderry (para ellos, Derry).Pregunta. Los periódicos irlandeses aseguran que el partido más votado en estas elecciones va a ser el nacionalista moderado de John Hume. ¿Es bueno eso para la causa nacionalista en general?
Respuesta. No importa quién gane, qué partido. Lo importante son las negociaciones que se iniciarán después. Y todos los, partidos tendrán sus delegados en esa mesa.
P. Pero si un partido tiene más votos, esto le coloca en una. posición más sólida, más legitimada en esas negociaciones.
R. Sí, pero juntos o por separado los unionistas van a ser muchos. Va a ser como siempre,60% de los votos para los unionistas y 40% para los nacionalistas. El Sinn Fein ha estado siempre en contra de estas elecciones y de ese órgano que se elegirá. Para nosotros lo importante no es lo que ocurra mañana [por hoy], sino lo, que ocurra dentro de 10 días. Ese va a ser el momento crucial para saber si esta vez los británicos son serios y capaces de conducir un diálogo sustancial.
P. El Gobierno británico, y el irlandés, parecen muy firmes en su actitud de no aceptar al Sinn Fein en esa mesa sin un alto el fuego del IRA. ¿Va a haberlo?
R. Nosotros nos mantenemos firmes también en lo que se refiere a no aceptar condiciones previas. Haya o no haya una nueva tregua del IRA, creemos que tenemos todo el derecho a estar presentes en esas negociaciones.
P. Vistas las dificultades que quedan por resolver antes del 10 de junio, sinceramente, ¿hay alguna posibilidad de acuerdo de principio para que el Sinn Fein esté en la mesa negociadora?
R. El lado republicano, desde el Gobierno de Dublín hasta el Sinn Fein, quiere diálogo, negociación. Sabemos que un acuerdo será muy díficil, pero estamos dispuestos a intentarlo. Pero el otro lado, el del Gobierno británico y los unionistas, no está dispuesto a ello. El IRA mantuvo la tregua durante 18 meses y en todo ese tiempo no hubo una palabra de negociación. Y las dificultades a las que nos enfrentamos ahora son culpa, no de los unionistas, cuyas reservas esperábamos, sino del Gobierno británico. Para empezar, la exigencia de desarme -para nosotros el término equivale a rendición- fue planteada por los británicos y no por los unionistas.
P. Entonces, el proceso de paz hasta ahora ha sido una farsa.
R. Sí, pero el Gobierno británico tendrá que tomar decisiones muy serias de aquí al viernes. Tendrá que explicar exactamente qué es lo que va a pasar el 10 de junio. Si va a insistir en la rendición irlandesa o va a colocar el tema del desarme en manos de una conferencia separada. La realidad es que el IRA nunca se ha prestado al desarme. El Gobierno británico ha utilizado ese argumento para desviar el proceso. Ni en Oriente Próximo ni en Suráfrica se ha pedido a las partes implicadas que entreguen sus armas al principio de las negociaciones.
P. Si el IRA no ofrece otra tregua y el Sinn Fein queda excluido de las negociaciones, ¿qué harán?
R. Tenemos la responsabilidad de representar a nuestros votantes como ciudadanos de primera clase. Iremos a ese encuentro y, si no somos aceptados, el mundo podrá ver que el Gobierno británico habla de negociaciones, pero está dispuesto a seguir tratando a nuestra gente como ciudadanos de segunda.
P. ¿Ha sido positiva para la causa nacionalista la violencia?
R. Ha sido un síntoma de la situación. Durante los últimos 25 años el IRA ha sido un síntoma del conflicto, y le diré que muchos analistas británicos consideran que el camino hacia las negociaciones de paz se ha acelerado tras la bomba del IRA en Canary Wharf.
P. Pero yo quiero su opinión.
R. Mi opinión es que toda esa violencia ha sido una desafortunada consecuencia del conflicto, de la incapacidad británica de tratar efectivamente este conflicto, de ir al fondo en las causas que lo han originado, y ya hemos visto tanto en Oriente Próximo como en Suráfrica que cuando la gente está oprimida termina por utilizar su propia violencia. De todos modos, el tema no está ahora en repasar los muertos que ha habido; la cuestión es ver cómo salimos de aquí ahora, cómo avanzamos hacia el futuro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.