Cambio de turno
Otro tono. Cinco años de quinta del Buitre, cuatro del dream team, uno del Madrid de Valdano... Diez campeones que exaltaban la imaginación. El mejor de este año exalta otras virtudes también válidas: organización, preparación física, explotación de las jugadas a balón parado, estudio. Pero tampoco desdeñó la improvisación, que quedó confiada a Kiko.Los ilustrados. Ha sido un mal año para la corriente ilustrada de nuestro fútbol: Floro, Valdano, Lillo, Cruyff... Todos ellos han caído en una Liga en la que la moda ha sido otra. Quizá se deba a que el trepidante ritmo de partidos diera más oportunidades, al estilo contrario, que cuida más la preparación física. O quizá a la casualidad. El caso es que sólo se ha salvado Fernando Vázquez, y aun así ha ido de más a menos.
Los clásicos. Luis y Camacho. Representan la línea clásica de nuestro fútbol. Cuentan entre los triunfadores del año, pero eso no debe llevarnos a conclusiones definitivas. La verdad está muy repartida. En el fútbol todo el mundo tiene razón.
Póquer de ases. Kiko, Pantic, Simeone y Caminero. Cuatro ases para un doblete. Cuatro futbolistas de una pieza, con características diferentes, en torno a los cuales se ha organizado un buen equipo.
El Madrid. Un año para olvidar. Tras el título anterior se podía presumir que en torno a Valdano arrancaría una nueva época. Pero todo lo que pudo salir mal salió mal. Pocos y malos refuerzos, derrotas desde el principio, dudas de Valdano y un correveidilismo que corroyó el vestuario. Para remate, la lección de Arsenio para dirigir ese avispero sólo sirvió para quemar la hermosa imagen con que abandonó el Deportivo, una imagen que era patrimonio de todos. En el- Madrid sólo han triunfado los que todavía no están: Suker, Mijatovic, Alfonso, Capello...
El Barça. Annus horribilis. El fin del cruyffismo que, caprichos al margen, sirvió para centrar al club, para dotarle de un criterio y de una respetabilidad olvidadas tiempo atrás. Y para darle títulos y prestigio. Núñez y Cruyff no se aguantaban y la ruptura provoca un desgarro en la afición, que quiere, respeta y agradece a los dos.
Despedidas. Michel y Laudrup se van, un símbolo más del final de esa década prodigiosa que ha quedado atrás. Pero no son los únicos: cada equipo tiene sus bajas, sus retiradas, sus nombres propios que saltarán de la alineación de cada domingo al santoral. Hombres que han ofrecido fútbol e ilusión durante años y que ahora pueden decir misión cumplida. Hasta siempre.
El mejor. Antic. El hombre del año. El entrenador número veintimuchos o treintaitantos de Gil, quién se acuerda, ha hecho un buen equipo. Cogió un grupo desilusionado, le añadió refuerzos bien escogidos y dio en la tecla. Un equipo esforzado, aunque con signos de modernidad como la defensa adelantada y el portero de líbero. Un buen trabajo. Ahí queda eso. Enhorabuena.
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