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Entrevista:

"Es de ignorantes decir que la zarzuela es de derechas"

Un género que tiene la desgracia de apellidarse chico, un teatro que arrastra la apostilla de por horas, nace condenado a figurar en los anales de la vulgaridad. A Pilar Espín, filóloga, profesora de la UNED e investigadora inquieta, murciana de 40 años y sobrada vecina de Madrid, reivindicar la sustancia de un desdeñado entremés fue una obsesión plasmada en mil folios de tesis doctoral que, sin falsa modestia, opina la estudiosa, bien merecían publicarse. Retrocedemos hasta el Madrid posrevolucionano que consumía el siglo XIX, a la calle de la Flor Baja, cafe-cantante El Recreo, donde, a real la pieza, el público reía con tres actores en escena, un café, media tostada y un sorbito de licor.Pregunta. ¿Por qué el éxito del teatro por horas?

Respuesta. Fue un fenómeno social que abarató el teatro, ampliando así los tipos de público. La gente estaba un poco cansada de las grandes funciones de hasta cinco actos, seguidas por una pieza pequeña, como en el Siglo de Oro. El éxito fue tan grande que durante 40 años se extendió por todo Madrid y propició el nacimiento de muchos teatros, como el de la Comedia, construido especialmente para este género.

P. ¿Cómo se convirtió en un género casi exclusivamente musical?

R. Porque las obras líricas eran las más populares en un Madrid de organillo, sin radio ni televisión. Los medios de comunicación de la época divulgaban el éxito de las piezas cantadas, y la memoria popular así lo retuvo. Pero la zarzuela no es el único género chico.

P. Recorra Madrid a través de aquellos teatros.

R. La cúspide llegó en 1790, con el teatro Apolo, la catedral del género chico. Hoy sólo queda una placa en un edificio financiero de la esquina de Barquillo y Alcalá. La llamada, cuarta del Apolo fue cita obligada de políticos que acudían a verse satirizados.

P. ¿Y la censura?

R. Siempre la hubo, pero una de las virtudes de la Restauración fue cultivar la sátira a través de los cantables de la revista madrileña. Era un Madrid muy sano.

P. Y noctámbulo.

R. Tendencia que se repite este fin de siglo. Yo soy, pese a todo, muy optimista. Si te familiarizas con la prensa de la época, desde 1820 en adelante, te das cuenta de que las lamentaciones por la decadencia del teatro son constantes.

P. ¿Es culpable el madrileño de la mala prensa del género chico?

R. Quizá sí, por el peyorativo trato que le hemos dado al casticismo. Decir que la zarzuela es de derechas o de izquierdas es pura ignorancia.

El teatro por horas en Madrid, 1871-1910. Pilar Espín. Instituto de Estudios Madrileños. 2.000 pesetas.

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