Moyà derrota a Muster en Múnich
Thomas Muster comienza a presentar grietas. El austriaco, de 28 años, vio rota ayer una racha consecutiva de 38 victorias sobre tierra batida, cuando el español Carlos Moyà, de, 19 años, le venció en las semifinales de Múnich por 6-3, 6-3.en 70 minutos. Moyà, 400 mundial, había dado avisos a Muster en sus tres partidos precedentes, pero hasta ayer no concretó sus opciones. El mallorquín jugará hoy la final ante el checo Slava Dosedel, que eliminó al alemán Boris Becker por 7-6 (7-2),2-6,7 6(8-,6).
"Probablemente ha sido el mejor partido de mi vida", confesó el jugador mallorquín. "Ganar por primera vez. a Muster es importante. Pero sabía que algún día lo lograría", añadió. Moyá, que el año pasado se impuso en Buenos Aires, se había enfrentado al austriaco en los torneos de Estoril, Barcelona y Montecarlo. Sólo en las semifinales del Godó le había arrebatado una manga.Sin embargo, su trayectoria en el torneo de Múnich le proporcionó la confianza necesaria para vencerle. Moyà eliminó a Malivai Washington (Y cabeza de serie), a Tomás Carbonell y, en cuartos de final, a Goran Ivanisevic: (3º). Su juego estaba ajustado y la táctica que utilizó ante Muster la había definido en sus encuentros anteriores: utilizar la dejada, y bolas cortas para atraerle a la red y después superarle.
Muster fue siempre a remolque del español. Perdió su servicio en el segundo juego y Moyà se colocó 3-0 y adquirió el control de, la primera manga. "Creo que fue fundamental mi solidez en el servicio", explicó tras la victoria. En el octavo juego, el mallorquín volvió a romper el servicio de su rival y encaró con una frialdad y una tranquilidad impropias de su edad la parte final del set. En la segunda manga, Moyà afrontó una sola bola de break, pero la salvó y contrarrestó con ajustados drives los ataques del austriaco.
Moyà es el tercer español que alcanza una final esta temporada: Carbonell fue campeón en Casablanca y Albert Costa, finalista en Dubai y Montecarlo. "He jugado muy bien ante Muster e intentaré re petírlo frente a Becker", se limitó a decir Moyà con una calma típicamente mallorquina.
