SURREALISMO CUBANO

El Malecón de La Habana fue escenario este fin de semana de un nuevo episodio de surrealismo ideológico. La avenida marítima, que en otras ocasiones ha sido empleada por las autoridades para celebrar actos de "reafirmación patriótica", se llenó esta vez de decenas de miles de cubanos que siguieron embelesados los pormenores de la primera etapa del Campeonato del Mundo de lanchas rápidas off shore, que alcanzan hasta 200 kilómetros por hora. Participaron 11 embarcaciones, la mayoría de los Emiratos Árabes Unidos y de Italia, y mientras los seguidores extranjeros de este deporte de millonarios bebieron Dom Pérignon, en la calle los vecinos de La Habana vieja tomaron pan con lechón y cerveza a granel a dos pesos. En el Malecón, frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos, legendarias vallas de propaganda política -como aquella que dice: "Señores imperialistas: no les tenemos absolutamente ningún miedo"- se mezclaron con banderas de propaganda de Avecrem y Bols. La gente disfrutó de lo lindo, y al final ganó la lancha Victory 1, de los Emiratos Arabes, tripulada por Al Tayer y el boricua Felix Serralles. El domingo, en la entrega de galardones, a la que asistieron varios dirigentes de la revolución, los participantes acabaron cantando la canción de Carlos Puebla dedicada al Che Guevara, ésa que dice "Hasta siempre comandante". Mañana será otra cosa: en el Malecón se concentrarán, para el desfile del 1 de mayo, un millón de personas, convocados bajo el lema de "socialismo o muerte".-